El primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, ha tildado de "trágico accidente" la muerte de civiles palestinos en Rafah a raíz del ataque del ejército del país. Este lunes, en una audiencia en la Knesset, el Parlamento israelí, con familias de rehenes de Hamás, el líder ha informado de que el gobierno está investigando el caso y se ha comprometido a llegar hasta el final del asunto. "Para nosotros, cada daño a civiles no involucrados es una tragedia", ha expresado, aunque ha añadido que no tiene ninguna intención de poner fin a la guerra. "Los que dicen que no están preparados para resistir la presión levantan la bandera de la derrota. Seguiré luchando hasta que se levante la bandera de la victoria. No tengo intención de poner fin a la guerra antes de alcanzar todos los objetivos", ha subrayado. Netanyahu también ha afirmado que los hechos del domingo forman parte de la "estrategia" de Hamás. Se calcula que han muerto más de 36.000 personas en la zona desde que empezó el conflicto, de los cuales el 70% son civiles.

"Si cedemos, la masacre volverá. Si cedemos, le daremos una gran victoria al terrorismo, a Irán", ha respondido ante las críticas de los familiares, que lo han acusado de estar boicoteando un acuerdo para decretar un alto el fuego que retorne a casa los rehenes.

El último bombardeo de Israel deja al menos 50 muertos

El ejército israelí bombardeó el domingo por la noche el campo de desplazados Tel al-Sultan, en la ciudad de Rafah, provocando al menos 50 muertos. Las bombas impactaron contra las tiendas de campaña para personas refugiadas. El grupo terrorista Hamás alertó del ataque y adelantó que un incendio de grandes dimensiones se había esparcido por el campamento dejando "una gran destrucción" en la zona. Unas horas antes del ataque, Hamás había vuelto a atacar Israel con misiles después de meses sin hacerlo. Concretamente, el grupo terrorista lanzó ocho proyectiles, tres de los cuales cayeron en espacios abiertos y el resto fueron parados por el ejército israelí gracias a un escudo antimisil. Las Brigadas Ezzeldín al Qassam, el brazo armado de Hamás, reivindicaron la autoría del ataque diciendo que habían sido una respuesta a las "masacres sionistas contra civiles".

El ejército de Israel ha confirmado este lunes por la mañana el ataque del domingo a Rafah por parte de su aviación. El gobierno ha explicado que iba dirigido contra dos altos cargos del grupo islamista, el comandante de su división para Cisjordania, Yassin Ràbia; y otro alto mando de esta misma división, Khaled Nagar.