Un niño Jesús que no está en un pesebre "normal" sino entre ruinas, como las que sepultan en Gaza a muchos niños desde que empezó el último reavivamiento del conflicto palestino-israelí, con los bombardeos sostenidos sobre Gaza por parte del Ejército israelí desde hace ya más de dos meses, como respuesta al ataque terrorista del grupo islamista palestino Hamás el pasado 7 de octubre. Esta escena trágica es el pesebre montado esta Navidad en una iglesia de Belén, en la Cisjordania ocupada, en recuerdo de las víctimas inocentes del conflicto. "Es una señal de solidaridad con nuestros niños que están muriendo cada día", ha explicado a la Agencia EFE el reverendo Munther Isaac, uno de los religiosos de la Iglesia luterana de Navidad, en Belén, cuyo nacimiento entre cascotes se ha hecho viral.
Sobre estos cascotes y escombros el niño Jesús no aparece en la imagen tradicional en pañales, sino con 'kufiya', el pañuelo palestino, al lado de una vela siempre encendida. Las figuras en maderas de la Virgen, San José, la vaca y el burro y los Reyes Magos completan la escena, como en cualquier portal de Belén en todos los pesebres, pero aquí sobre trozos de hormigón. "Este año no estamos celebrando la Navidad en Belén", explica Isaac, y se nota no lejos de su iglesia, con la basílica de la Natividad, donde nació Jesús, y sus alrededores vacíos de turistas, con muchas tiendas de recuerdos cerradas, cuando esta época es temporada alta para el turismo en esta ciudad palestina. Para muchos, "es imposible celebrarla con un genocidio ocurriendo a nuestro país", lamenta el religioso sobre la guerra en Gaza, dónde diariamente crecen las víctimas. Unos 20.250 muertos —de ellos, más de 8.000 niños— y más de 53.600 heridos, según el Ministerio de Sanidad de Gaza, controlada por Hamás.
"Si Jesús naciera hoy, lo haría entre escombros"
La idea de un pesebre entre escombros surgió de ver las imágenes de "niños sacados bajo las ruinas" después de los bombardeos del Ejército de Israel, detalla el religioso, después de la eucaristía. "Es como si nuestros niños no importaran", añade el religioso, pero "vemos a Jesús en cada niño. "Si Jesús naciera hoy, lo haría entre escombros", sentencia, poco después de haber oficiado una misa con otro reverendo en esta iglesia al lado de un mercado popular en la parte antigua de Belén.
Isaac quiere que el mundo sepa que "así es como se ve la Navidad en Palestina" este año, lejos de las celebraciones, las luces, los regalos y todo lo que la suele rodear. Esta vez la Navidad en esta ciudad de Cisjordania ocupada es, en vez de todo eso, una cosa triste, dice, por "niños bajo las ruinas, familias desplazadas, casas destruidas" desde hace más de dos meses la Franja de Gaza. El mensaje que hay que parar ahora mismo la guerra para acabar con la muerte de inocentes en el enclave palestino ha calado y desde muchas partes del mundo se interesan por este nacimiento, por el "simbolismo que tiene". Cosa que le da esperanza para que la guerra acabe ahora mismo y dejen de morir "centenares" cada día, confiesa el reverendo.
La ofensiva militar que Israel lanzó por tierra, mar y aire en el enclave costero palestino después del ataque de Hamás en territorio israelí del pasado 7 de octubre, con más de 1.200 muertos y cerca de 240 rehenes, es para Isaac "una campaña de venganza, un genocidio", sin que los líderes mundiales muestren "valentía" para parar la guerra. De hecho, Isaac viajó en persona a Washington hace tres semanas para entregar tanto en la Casa Blanca como en el Congreso una carta en la cual pide a la comunidad internacional que actúen para poner fin a la guerra que enfrenta israelíes y palestinos. De momento, Estados Unidos ha vetado en el Consejo de Seguridad de la ONU que se acuerde un alto el fuego en Gaza.