República de Macedonia del Norte, así es como se llamará la Antigua República Yugoslava de Macedonia (ARYM) después de 27 años de disputa sobre el uso del nombre de su vecino del sud. Grecia y Macedonia alcanzaron ayer un acuerdo histórico sobre el nombre de la exrepública Yugoslava, cuestión que ha afectado las relaciones entre los dos países durante décadas.

"En un momento en el que otros países están atrapados por el virus del nacionalismo, Grecia se alza como campeón en solucionar pacíficamente sus diferencias. Los griegos debemos estar orgullosos no solo de nuestro pasado sino también de nuestro futuro, como pilar de estabilidad, crecimiento y cooperación regional", dijo el primer ministro griego, Alexis Tsipras.

En un mensaje televisado dirigido a la población griega, Tsipras añadió: "A partir de ahora los 140 países que lo reconocen como República de Macedonia lo reconocerán como República de Macedonia del Norte".

Con este acuerdo se pretende eliminar el conflicto y toda confusión posible respecto a la región homónima en el norte de Grecia.

Mapa/Wikimedia  

En una comparecencia ante la prensa en la capital de Macedonia Skopje el primer ministro macedonio, Zoran Zaev, recalcó que "la lengua macedonia y la identidad étnica están garantizadas". El homólogo de Tsipras destacó que la resolución de esta disputa podría "sacarnos del aislamiento" mientras se defiende su identidad.

Reacciones a la modificación

En los próximos días los ministros de Asuntos Exteriores de ambos países firmarán el acuerdo y la próxima semana pasará a votación en el Parlamento macedonio, donde requeriría solo una mayoría simple.

El líder del partido de los Griegos Independientes y ministro de Defensa griego, Panos Kammenos, reafirmó su rechazo y aseguró que los ocho diputados de su formación votarán en contra, pero dejó claro que pese a este disenso su partido no abandonará el Gobierno.

En ARYM, el presidente del país, Gjorge Ivanov, acusó a Zaev de negociar de manera irresponsable con su homólogo griego y reiteró su negativa a una revisión de la Carta Magna y al cambio del nombre constitucional del Estado.

En el extranjero, en cambio, las reacciones fueron positivas y fueron inmediatas. La alta representante de Política Exterior de la Unión Europea, Federica Mogherini, felicitó a los dos líderes por su "determinación y liderazgo".