Los norcoreanos están hartos de la censura. Un informe presentado este martes, para el cual se entrevistaron un centenar de norcoreanos que residen en el aislado país, subraya el persistente deseo de su ciudadanía de acceder a contenidos multimedia foráneos a pesar del endurecimiento de las penas impuestas a quien los consuman. El informe, titulado Preguntando a 100 norcoreanos. Información exterior a Corea del Norte: tendencias de consumo de medios en 2024, busca trazar una panorámica actual de qué tipo de contenidos extranjeros consumen los norcoreanos y como acceden a ellos.
Tal como destaca Efe, el 85% de los 100 encuestados afirmó tener un smartphone (aunque ninguno de los dispositivos se puede conectar en Internet, solo a una especie de intranet controlada por el régimen) y el 72% dijo que tiene un "Notel", dispositivo fabricado en China, similar a un reproductor portátil de DVD que integra también entradas de USB y SD y permite sintonizar televisión y radio y es muy popular en Corea del Norte. El éxito del "Notel" responde que, además de ser portátil y llamar menos la atención, es más fiable que una televisión (un volumen menor de encuestados, el 69%, dijo que tiene un televisor), el cual consume más energía y debe conectarse a una red eléctrica que, en el caso de Corea del Norte, sufre continuos apagones. A su vez, para el 55% la fuente primaria de contenidos extranjeros son los dispositivos de memoria, y el 83% dijo poseer lápiz USB, el 49% tarjetas SD y el 58% tarjetas micro SD.
Tragarse una tarjeta micro SD en caso de peligro
Tanto el principal investigador del estudio, Shin Dae-jin, como Lee Kwang-baek, el presidente del grupo mediático UMD, que publica el informe, destacaron la importancia creciente que tienen las tarjetas micro SD. Lee ha afirmado que UMD, que publica el diario especializado sobre Corea del Norte Daily NK usando fuentes dentro del país, ha sido introduciendo contenidos en estas diminutas tarjetas en el país incluso durante la pandemia, cuando las fronteras se cerraron con cerradura y cerrojo, y Shin recordó que cualquier norcoreano que corra el riesgo de ser descubierto con una micro SD, puede tragársela sin peligro de hacerla desaparecer.
En la mayoría de los casos, estas memorias se utilizan para almacenar contenidos audiovisuales producidos en el extranjero (el 97,7% de los encuestados dijo que los utilizaron para eso), principalmente en China (el 88,4% dijo consumir material de este país) y Corea del Sur (el 87,4% dijo consumirlo). El 95% aseguró ver películas o series de televisión, el 62% programas musicales y el 23% programas televisivos de entretenimiento.
El papel de la música de los EE. UU. en Corea del Norte
Con respecto a la música contenida en estos dispositivos, el 75,8% dijo escuchar canciones surcoreanas, delante del 32,6% que afirmó escuchar canciones chinas y el 6,3% que dijo consumir música norteamericana. La enviada especial norteamericana para la situación de los derechos humanos en Corea del Norte, Julie Turner, clausuró la presentación en Seúl del informe recordando que desde el 2020 Pyongyang ha aprobado tres leyes ideológicas "perversas" que endurecen los castigos —en algunos casos se impone la pena de muerte— para aquellos que consuman materiales de fuera o imiten comportamientos que aparezcan en estos contenidos.
En este sentido, el 30% de los encuestados dijo que el consumo de estos elementos en Corea del Norte implica hoy día un "riesgo significativo" y el 57% que supone un "riesgo extremo". Al mismo tiempo, la norcoreana Kang Gyu-ri, que huyó de su país hace un año y participó en la presentación del informe, ratificó los efectos que el consumo de productos multimedia foráneos tiene en los norcoreanos (el 65% dijo sentir más curiosidad por la sociedad del sur y casi una tercera parte admitió haber intentado imitar el habla o la moda de Corea del Sur después de estar en contacto con audiovisual extranjero).
Kang también admitió que desde el 2022 se ha vuelto imposible —ni siquiera pagando sobornos— librarse de un castigo severo si se está descubierto viendo vídeos de fuera, pero instó a seguir enviando contenido de contrabando dentro del país para que la juventud tenga acceso a "información adecuada", conozca mejor la realidad dentro y fuera de su país y se vea apoderada para operar cambios sociales.