Corea del Sur se va haciendo un lugar a las sociedades Occidentales. Junto con los K-drama y los grupos de K-pop, el skin care coreano –es un tipo de rutina de cuidado para la piel que ayuda a mantenerla limpia, hidratada, saludable– ya es uno habitual tanto en las redes como en las tiendas de cosmética. Y ahora, los aranceles del presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, han hecho que también estén presentes en noticias como esta. Los consumidores norteamericanos se saturan de protectores solares coreanos ultrafiltrados y asequibles, sueros faciales de piel cristalina y rutinas de cuidado de la piel de 10 pasos. Todo ello, como las sociedades occidentales, inundadas por este tipo de productos y bombardeo en las redes sociales.
A pesar de todo, estos productos, especialmente los protectores solares, contienen filtros UVA y UVB modernos que la Administración de Alimentos y Medicamentos de los EE.UU. todavía no ha aprobado, por lo cual no están presentes en los productos fabricados en los Estados Unidos. Eso significa que los más fanáticos del cuidado de la piel coreana no tienen alternativas a los Estados Unidos. Y en un momento en que la agenda arancelaria de Trump podría aumentar los precios y cambiar las fórmulas de los productos, están enloqueciendo.

En busca de la belleza coreana
Si bien los productos norteamericanos, o de cualquier lugar, para la piel pueden sentirse pegajosos y dejar una capa blanca, las alternativas coreanas se mezclan a la perfección y cuestan bastante menos que otros productos importados de alta gama. Eso es debido en parte al hecho de que una gran cantidad de productos de belleza coreanos ingresan en los Estados Unidos sin aranceles, gracias al Tratado de Libre Comercio de Corea del 2012. Además de la asequibilidad, la "ola coreana" en los EE.UU. "ha ayudado a expandir el mercado (del cuidado de la piel) a escala mundial", explicaba a la CNN Andrew Yeo, investigador principal del Centro de Estudios Políticos de Asia de la Brookings Institution. Quizás la K-bellesa no es el principal producto de exportación de Corea, especialmente en comparación con los automóviles y los semiconductores, pero la industria permite al país beneficiarse de su impacto cultural a los EE.UU., añadía.
Los jóvenes norteamericanos suelen estar familiarizados con las marcas coreanas y se convierten en clientes fieles, afirmó. Pero si un estudiante universitario o de secundaria ve que los precios suben, podría reconsiderar la compra de estos productos. Christina Im, propietaria de Olive Kollection, una tienda coreana de productos para el cuidado de la piel con sede en los EE.UU., adquirió productos de sus distribuidores para un valor aproximado de 40.000 dólares el fin de semana pasado, después del anuncio de los aranceles por parte de Trump. En una semana normal, su empresa gasta entre 5.000 y 10.000 dólares en estos productos. "Como pequeña empresa, no tenemos tan efectivo disponible para comprar todo al por mayor", dijo Im en la misma cadena norteamericana. "Hemos comprado el que hemos podido hasta ahora y tendremos que esperar a ver qué pasa".

La marca coreano-norteamericana de cuidado de la piel KraveBeauty ha afirmado en TikTok que, en sus siete años de funcionamiento, sus precios siempre han estado por debajo de los 28 dólares. Pero eso podría cambiar con la llegada de su envío desde Corea del Sur. "No es una cosa que surja de la avaricia. De hecho, es inevitable a estas alturas", ha destacado Liah Yoo, fundadora de KraveBeauty, en TikTok. "No creo que KraveBeauty sea la excepción en este caso".
¿Asumirán el coste de los aranceles?
Como sus productos todavía no están aprobados por la FDA, algunas marcas coreanas ya han dejado de vender protectores solares a los EE.UU. e incluso han trasladado la fabricación dentro del país. Corea podría tener que diversificar a sus socios comerciales, dijo anteriormente a CNN Park Sang-in, profesor de economía en la Universidad Nacional de Seúl.
Pero para los norteamericanos que se han acostumbrado a tener una piel radiante y lisa, es difícil volver atrás. Munseob Lee, profesor adjunto de economía en la Universidad de California en San Diego, declaró a CNN que prevé que los consumidores norteamericanos asumirán el coste de los aranceles porque no hay alternativa.