El control de los talibanes sobre los medios de comunicación en Afganistán ha sido una obsesión desde el principio de su ocupación. Primero, a través de las redes sociales con perfiles sobrios, cargados de textos y reiterando mensajes bélicos y religiosos. Ahora, haciéndose suya la televisión pública afgana. Desde hace dos semanas, Al Hurat -el nombre de este canal-, no publica nada desde su cuenta de youtube, twitter o Instagram. Pero sí emite, de forma continuada, mensajes de estos líderes terroristas islámicos y desfiles esperpénticos para mostrar al mundo, los objetivos bélicos con que trabajan.
Ahora, la televisión nacional afgana retransmite desfiles de atacantes suicidas, coches bomba, bombas de barril y chalecos explosivos. Todo, en medio de una explanada y bajo la atenta mirada de los líderes talibanes que, a partir de ahora, dirigirán el país. Estas imágenes van acompañadas de una voz en off que describe lo que se puede ver: "Ahora, pueden presenciar al escuadrón de los mártires con la bandera islámica"; "Y ahora, estas pesadas armas tan altas, diferentes tipologías de minas, barriles amarillos y coches bomba están pasando por delante de las autoridades"; "Todo se ha utilizado para luchar contra los invasores y sus títeres con el objetivo de defender la independencia de nuestro querido país"; "Lo mejor de nuestro armamento militar es el cinturón y el coche bomba"; "La bomba de barril amarillo ha sido fabricada por la industria militar del Mujahidden y ha sido utilizada en la operación de los mártires para destruir al enemigo en los objetivos móviles y estáticos y sus instalaciones".
La diferencia entre la televisión de los talibanes y la del anterior gobierno afgano es enorme. Ahora, tan solo hay hombres, sin un triste decorado y ningún tipo de guión o estructura en su programación. Hace poco más de quince días, había una diversidad en la parrilla que ponía de manifiesto el interés por la música, las diferentes culturas que se integran en este país y una fuerte presencia de la mujer. A modo de ejemplo, el programa con más audiencia, Good Morning Afghanistan, lo presentaba una mujer periodista.
Durante el traspaso de poderes se vivieron momentos de extrema violencia. Se hizo viral la entrevista a un talibán con el periodista Mirwaiz Haidari Haqdos vigilado por un grupo de hombres armados. La irrupción de estos terroristas lo puso entre las cuerdas y tuvo que enviar un mensaje a sus espectadores de calma asegurando que no sufrieran por nada.
Pero también se han visto en directo otros momentos surrealistas. La periodista Beheshta Arghand recuperó el aliento y se ajustó el pañuelo a la cabeza para parecer más un tradicional hiyab cuando un funcionario talibán apareció en su estudio sin ser invitado, pidiendo una entrevista. Inmediatamente después, la mujer consiguió huir del país. Las mujeres han sido despedidas y los hombres, por voluntad propia, han huido.