Hace 89 días, cuando el presidente ruso, Vladímir Putin, empezó la guerra, seguro de que se imaginaba un contexto diferente de lo que finalmente se está viendo en Ucrania. Muy probablemente, según han ido diciendo expertos, el Kremlin pensaba que con pocos días conseguiría llegar a la capital. Lo que seguramente no se imaginaba es que, tal como describe un artículo que publica el diario británico The Guardian, una joven se pudiera hacer un selfie con un vehículo calcinado de transporte ruso o un hombre haciéndose una fotografía con un avión destrozado. Todo eso es posible porque diferentes museos de la capital ucraniana han instalado exposiciones temporales con material ruso. De esta manera, se puede observar que la situación en el país, no es una situación normal.
El museo de historia militar de Ucrania ha abierto una exposición a la calle de material ruso capturado. Dentro del museo hay una exposición temporal de recuerdos, trofeos y evidencia de la ocupación rusa de las ciudades y pueblos en torno a Kyiv. "Muchos soldados habían estado aquí en excursiones, por eso sabían dónde llevar las cosas que habían encontrado", destaca Oleksandr Shemelyak, trabajador del museo. "Recibimos constantemente artículos para exponer", comenta al mismo diario. Este, sin embargo, no es el único museo que se ha dedicado a hacer exposiciones temporales. El museo de la Segunda Guerra Mundial, tiene una exposición todavía mayor, que se llama Ucrania crucificada. Se pueden ver objetos rusos que relatan la ocupación del país.
Hay que recordar, en este sentido, que el ejército ruso empezó a bajar hacia Kyiv desde el norte y desde el oeste los primeros días de la guerra. Durante un mes ocupó territorios del lado de la capital, después de una retirada en abril. Esta ocupación dejó masacres como la de Bucha o la de Borodyanka. "Tres días después de la liberación, personal del museo se marchó en expedición para recolectar artefactos, acompañado por el ejército ucraniano," explicaba también al diario británico Dmytro Hainetdinov, desde el departamento de educación del museo.
Algunas exposiciones son bien curiosas. Como, por ejemplo, 100 pares de botas de soldados del ejército ruso, de diferentes números, puestos dentro de una estrella encarnada. También la cúpula de una iglesia que cuelga en el aire, entre otros artefactos recuperados de otras iglesias destruidas combate. También, tal como describe el mismo artículo, hay pasaportes, tarjetas de crédito, mapas y propiedades personales de los soldados rusos. En el sótano, el personal del museo ha recreado un refugio utilizado por los vecinos de la localidad de Hostomel, donde se refugiaron más de un mes.
De esta manera, los museos creen que es importante preservar los artefactos, no solo para los ucranianos de ahora, sino también para los que no han experimentado la |ocupación que puedan ver y sentir qué ha pasado al país por sí mismos. "Muchas personas se marcharon a lugares más seguros y ahora están volviendo, no han tenido que experimentar todo eso de primera mano", explicaba Hainetdinov al mismo diario.
También hay, según recoge el The Guardian, una pantalla donde se ven imágenes de políticos rusos, presentadores de televisión y gente de la calle que hace declaraciones despectivas sobre los ucranianos.