Sorpresa mayúscula, celebraciones en la calle y un panorama más que incierto. Y es que a la alegría de algunos en la calle se suma al cruce, pactos y coalición que se tendrá que producir para desencallar la situación actual. El Nuevo Frente Popular, una alianza de izquierdas y verdes, dominada por el partido de Francia Insumisa de Jean-Luc Mélenchon, se ha proclamado ganador en las elecciones anticipadas de Francia, con 182 diputados de la asamblea de 577 escaños. A estos, se suman 13 independientes. El cordón sanitario ha aguantado en Francia, ya que no solo las izquierdas han tenido un buen resultado, sino que el macronismo (Juntos), que en el cómputo final ha mejorado mucho los pronósticos de los sondeos, solo cae hasta la segunda posición a la Asamblea Nacional, con 168 legisladores.
Agrupación Nacional se veía claro vencedor de las elecciones y todos los sondeos apuntaban en esa dirección. Quizás por este motivo las caras eran un poema en el partido de extrema derecha. Después de conseguir casi el 34% de los votos a la primera vuelta, partían como favoritos. Pero el partido de Marine Le Pen acaba como el gran derrotado con una tercera posición y 143 escaños. Los sondeos habían llegado a apuntar que los ultras de RN podrían fregar la mayoría absoluta, a pesar de todo, han quedado lejos. Sin embargo, los resultados siguen siendo históricos para el partido ultraderechista, que tenía 89 escaños. En su discurso, Le Pen ya apuntaba las presidenciales del 2027.
Sin tradición de negociar
El ganador de las elecciones francesas ha sido inesperado, pero el resultado no lo ha sido tanto: un parlamento sin mayoría y formado por tres bloques opuestos. Sin ningún tipo de tradición de trabajar juntos, ni negociar y lejos de formar coaliciones entre ellos. Y es que, según la Constitución francesa, sea cual sea el resultado, no habrá elecciones hasta dentro de un año. Una participación histórica, del 66%, superando con 20 puntos los anteriores comicios, no ha servido para desencallar la situación. Y este escenario, ocurre pocos días antes de empezar los Juegos Olímpicos. En este contexto, ¿cuáles podrían ser las opciones?
El Nuevo Frente Popular está formado por la Francia Insumisa, el Partido Socialista, los Verdes y los Comunistas. Será la primera fuerza del parlamento, pero está lejos de los 289 escaños necesarios para esta mayoría absoluta. Mélenchon ha pedido ya este domingo que Macron designara a un primer ministro de la alianza y que aplicara la totalidad de su programa. Otros, de la misma coalición, ya han dicho que sin mayoría habrá que negociar.
¿Por qué Mélenchon ha pedido ya la designación de un nuevo primer ministro? El Parlamento puede obligar a la dimisión del gobierno, el jefe de Estado escoge invariablemente a alguien que sea aceptable para la Asamblea. Normalmente, esta persona sería alguien del bloque mayor del parlamento, pero nombrar como primer ministro alguien del bloque de izquierda podría correr el riesgo de protagonizar mociones de censura de la extrema derecha, centroderecha e incluso, del mismo lado del presidente, señala The Guardian. El actual primer ministro francés, Gabriel Attal, ha dimitido este domingo y ha dicho que actuará como primer ministro en funciones el tiempo que haga falta, previendo que la situación podría alargarse y no se desencallaría fácilmente.
¿Podría haber pactos?
Viendo los resultados, alguien podría pensar: '¿por qué no pactan?'. Y es que, a diferencia de muchos países, en Francia no hay tradición de coaliciones ni pactos. Aunque algunas figuras de la izquierda e incluso de centro, ya han asegurado que estas podrían ser las únicas opciones para Francia. De hecho, tal como recuerda el The Guardian, el ex primer ministro Édouard Philippe, al antiguo aliado de Macron François Bayrou y la líder de los Verdes Marine Tondelier eran los que la semana pasada hablaban de una coalición anti-RN, desde la izquierda moderada hasta el centroderecha, se podría unir en torno a un programa legislativo básico.
La idea de Gabriel Attal era otra. Esta semana pasada dijo que quizás los partidos tradicionales podrían formar diferentes alianzas para aprobar leyes individuales. Macron ha probado esta estrategia desde que perdió la mayoría en el 2022, pero con un éxito limitado, teniendo que recurrir en numerosas ocasiones a poderes constitucionales especiales como el impopular artículo 49.3 para impulsar leyes sin una votación parlamentaria.
La prensa y la incertidumbre
El Le Monde titula con un "El Nuevo Frente Popular a primera línea de una situación política sin precedentes después de su sorprendente victoria a las elecciones legislativas del 2024" y el Le Figaro lo hace con un "Al final de una campaña sin precedentes, la izquierda obtiene una mayoría relativa a la Asamblea Nacional". Aunque en ambos diarios hay espacio para la derrota de Agrupación Nacional. "En Agrupación Nacional, amargura y negación después de los decepcionantes resultados de la segunda vuelta de las legislativas del 2024", destaca Le Monde, y "'Es sobre todo la derrota de Francia': en el Pavillon du Roy, los activistas de RN, decepcionados, se aferran a la idea de que son el 'partido del futuro', recoge la otra gran cabecera francesa. Un rotativo que destaca que la izquierda se han llevado una victoria que las encuestas no veían venir. El Libération destaca que "Legislativas: en París, en la sede de izquierdas y en la plaza de la República, 'una victoria que da esperanza'".
En este contexto, e independientemente de lo que se acuerde (o no), lo que sí que parece probable es que Francia se encamine hacia un largo periodo de incertidumbre e inestabilidad política. Eso podría suponer un progreso legislativo mínimo, pero también un estancamiento parlamentario, porque por Constitución, no se pueden convocar elecciones hasta dentro de un año, aunque no haya ningún tipo de acuerdo en ninguno de los niveles ni opciones.