Miles de personas han salido a las calles de París a celebrar la victoria de la coalición Nuevo Frente Popular (NFP), que ha comido la sorpresa de la noche electorales imponiéndose como primera fuerza y desterrando en el tercer lugar lo extrema derecha de Agrupación Nacional (RN, siglas en francés). La alianza de las izquierdas, que engloba entre otros, el Partido Socialista y la Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon, ha conseguido a un total de 182 diputados, a los cuales se les suman 13 independientes. El cordón sanitario ha aguantado en Francia, ya que no solo las izquierdas han tenido un buen resultado, sino que el macronismo (Junts), que en el cómputo final ha mejorado mucho los pronósticos de los sondeos, solo cae hasta la segunda posición a la Asamblea Nacional, con 168 legisladores.

Todo prometía una gran victoria de la extrema derecha, que después de la primera vuelta partía como favorita. Sin embargo, después de una jornada electoral marcada por la alta participación, el partido de Marine Le Pen acaba como el grande derrotado con una tercera posición y 143 escaños. Los sondeos habían llegado a apuntar que los ultras de RN podrían acariciar la mayoría absoluta, finalmente, este sueño de la extrema derecha no se ha materializado. Sin embargo, los resultados siguen siendo históricos para el partido ultraderechista, que tenía 89 escaños. El conservador Los Republicanos (LR) se mantiene aunque algunas deserciones hacia el RN y consigue a 45 diputados, en los cuales podría añadir 15 independientes más de derechas.

¿Cómo queda la Asamblea Nacional?

Si bien en Francia se respira con alivio después de que la extrema derecha de Le Pen se quede como tercera fuerza, el hecho es que no queda un escenario sencillo para gobernar. La Asamblea Nacional está enormemente dividida y sin mayorías claras (la mayoría absoluta es de 289 diputados), por eso la gobernabilidad de Francia entra en una fase muy incierta, especialmente en un país sin tradición de coaliciones ni alianzas. La atribución de nombrar a un nuevo primer ministro corresponde al presidente de la República, Emmanuel Macron, y los principales dirigentes del NFP, como Mélenchon y el secretario general socialista, Olivier Faure, ya han reclamado que esta atribución sea para alguien de la coalición de izquierdas. La coalición de izquierdas ha esquivado durante toda la campaña señalar a quién sería su candidato para primer ministro, ya que podría despertar fricciones en el seno de la coalición.

Con respecto al actual primer ministro, Gabriel Attal, ya ha anunciado su dimisión, pero se abrió a dirigir un Gobierno provisional a causa de la "situación política sin precedentes", ya que Francia inaugura en menos de tres semanas los Juegos Olímpicos de París.