El 3 de agosto de 1979 el teniente coronel Teodoro Obiang Nguema lideraba un golpe de estado contra el dictador de Guinea Ecuatorial, Macías Nguema Biyogo, miembro de su mismo clan, el Esangui, y por lo tanto, equiparable a su tío. Con el tiempo, Teodoro Obiang se convertiría en un dictador, que iría apartando del poder a sus compañeros militares y gobernaría de forma cada vez más personalista. Ahora ya ha cumplido 40 años en el cargo, siendo uno de los jefes de Estado y de gobierno más longevos del planeta.

Un hombre formado en el franquismo

Teodoro Obiang Nguema Mbasogo (Akoakam, Mongomo, 1942) estudió bachillerato laboral en La Salle de Bata a principios de los años sesenta, cuando el Gobierno suavizaba el régimen colonial. En 1963, gracias a la recomendación de los lasalianos, consiguió una beca en la Academia Militar de Zaragoza, donde se pensaba formar a cuadros negros para la Guardia Colonial. Allí continuarían su formación al más puro estilo del ejército franquista (pero separados de los cadetes blancos, en un curso aparte).

Al retornar a la Guinea Española, Obiang se incorporó como alférez a la Guardia Territorial, el ejército colonial, junto a sus compañeros del "Grupo de Zaragoza". Al llegar la independencia fue nombrado teniente y fue ascendiendo en tiempos de Macías hasta el rango de teniente coronel y jefe de las Fuerzas Armadas. En consecuencia, estuvo implicado en la represión macista, ya que incluso fue jefe de la prisión de Black Beach, la más tétrica del país. 

Dispone de un título de licenciado en Derecho por la UNED, otorgado por el centro asociado de esta universidad en Malabo. Nunca se presentó a ningún examen colectivo, como hacen el resto de los alumnos. Dicen que los exámenes le eran enviados a palacio y que se retornaban respondidos. En sus actuaciones habituales no demuestra mucho conocimiento del Derecho, y mucho menos respeto por este, ya que vulnera sistemáticamente las leyes que él mismo establece. Y eso que en una ocasión afirmó: "No me importa que me llamen dictador, porque alguien tiene que dictar las leyes". Sin embargo, la Universidad Nacional de Guinea Ecuatorial lo ha nombrado doctor honoris causa (fue el primer título que esta universidad dio, incluso antes de formar al primer licenciado).

Obiang Nguema en los primeros años en el poder.

El golpe

El 1979 Macías estaba absolutamente desprestigiado. No sólo había matado a muchos opositores, sino que incluso había ejecutado a algunos militares y miembros de su familia. Obiang preparó una revuelta, con el visto bueno de Francia, que en aquellos momentos también conspiraba contra Bokassa, "el emperador" de Centroáfrica. Obiang dirigió la operación León para derrocar a Macías desde la isla de Bioko, mientras sus compañeros se desplazaban a la Región Continental, donde estaba refugiado el dictador. Eliminaron las fuerzas leales a Macías en unos pocos combates de baja intensidad. Macías huyó al bosque y fue capturado por el teniente Pedro Motú, el único que se atrevió a perseguirle. Obiang tomó el poder, juzgó y ejecutó a Macías, revitalizó sus relaciones con España y gobernó mediante un Consejo Militar Supremo.

Billete con el retrato de Francisco Macías.

Celebración demasiado rápida

Macías había provocado un elevado número de muertes (nadie sabe cuántas, porque no se han investigado). Obiang, pues, fue recibido con euforia. Ante la crítica situación del país, Obiang llamó a la cooperación internacional y España, con una cierta vocación neocolonial, fue de los primeros estados en involucrarse. Más del 50% del PIB guineano acabaría siendo generado por la cooperación, y España sería el primer país donante. Pero Obiang no procedería a la democratización del país. En 1982 disolvió el Consejo Militar y empezó a gobernar mediante una Constitución autoritaria, con el apoyo básico de algunos familiares suyos (algunos de ellos involucrados en el régimen de Macías, como él mismo). En 1989 convocó elecciones presidenciales, y fue elegido, porque, como decían las canciones laudatorias, era el "Candidato único". Tras la ilusión democrática de 1979, el régimen se reveló como una dura dictadura, en la que no faltaron las condenas a muerte a los que conspiraban contra Obiang y la represión más brutal de la oposición.

Discurso de Cayo Mba Ondó, uno de los hombres fuertes del régimen, en aquel momento Inspector de las Fuerzas Armadas.

El multinguemismo

En los años 1990, como consecuencia de las presiones internacionales, Obiang Nguema se vio obligado a admitir el multipartidismo, pero sin ninguna voluntad de permitir la alternancia en el poder. Desde el gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial (PDGE) se creó una constelación de falsos partidos de oposición que en realidad no son sino tentáculos del poder, que dan apoyo a Obiang en las elecciones presidenciales. Los militantes opositores continuaron siendo perseguidos y sistemáticamente se manipularon las elecciones: Obiang siempre salía reelegido por más del 97% de los votos, y no ha habido nunca más de 2 diputados opositores en un parlamento de 100 miembros.

Las revueltas de los minoritarios annoboneses (en 1993) y de los bubis (en 1998) fueron aplastadas con la represión del ejército. Los principales partidos de la oposición han acabado estando prohibidos, o el régimen ha manipulado sus cúpulas para poner en ellas a gente poco molesta. Algunos opositores han sido asesinados (como el mismo Pedro Motú, el militar que capturó a Macías). Al fin, el gubernamental Partido Democrático de Guinea Ecuatorial actúa como un partido único.

Foto: Oficina de Información y Prensa de Guinea Ecuatorial.

El petróleo que lo tapa todo

A principios de los años noventa, el régimen guineano estaba muy ahogado por la oposición interna y por las presiones externas (la comunidad internacional exigía la democratización de los países africanos). El hallazgo de petróleo en las aguas territoriales del país resolvió la situación de Obiang. En pocos años el PIB se disparó (con crecimientos de hasta el 70% anual). Guinea pasó de ser uno de los países más pobres del mundo a tener unos ingresos altos.

Aunque no hubo ninguna diversificación económica, los ingresos del petróleo permitieron construir infraestructuras, subir los sueldos y mejorar la capacidad represiva del régimen. Y el PDGE pudo mejorar sus relaciones internacionales. Protegido por las empresas norteamericanas, muy pronto tendría una fluida relación con el gobierno de Estados Unidos, pero también con los de Francia, Corea del Norte, China, Rusia... Todo el mundo quería mantener contactos con Guinea Ecuatorial. Paralelamente, Obiang sufrió, en 2004, un intento de golpe de estado organizado por Mark Thatcher, el hijo de Margaret Thatcher, y de otros lobbistas que querían apropiarse del petróleo de este país africano. Obiang evitó el putsch porque los mercenarios fueron detenidos en Zimbabue, cuando se dirigían en avión hacia Guinea. El golpista Obiang organizó grandes manifestaciones para denunciar el golpismo y reforzó la vigilancia y la represión.

El latrocinio

Varios dirigentes del régimen de Obiang Nguema habían sido vinculados al narcotráfico, y siempre ha sido notorio el desvío de fondos públicos en el país. Con la llegada de ingentes cantidades de petróleo, la corrupción se ha disparado. En 2004 el Senado de los Estados Unidos encontró evidencias de que el Riggs Bank había ayudado a Obiang y su familia a evadir ingentes cantidades de dinero. Varios escándalos posteriores han hecho evidente que Obiang y los suyos tienen tendencia a confundir las cuentas del Estado con las personales. Mientras la élite se enriquece, buena parte de la población vive en una situación miserable. Ni la sanidad ni la educación han mejorado mucho en los últimos años. El dictador se limita a asegurar que si hay guineanos que pasan hambre es "porque la gente no quiere trabajar".

El fetiche bajo las alfombras

Hay guineanos que dicen, irónicamente, que Obiang, en su primer viaje a la Moncloa, escondió un fetiche debajo las alfombras del palacio. Según ellos, sólo eso explicaría la tolerancia de la antigua metrópolis hacia el dictador guineano. Los gobiernos de PP y PSOE han evitado molestar a Obiang siempre que han estado en el poder. La Fundación Olof Palme, del PSC, que había criticado firmemente al régimen guineano, cambió de estrategia cuando Zapatero subió al poder: en vez de denunciar a la dictadura, se dedicó a impartir cursos a los torturadores guineanos para hacerles entender que no está bien torturar. No se tiene constancia de que hicieran mucho caso, aunque Obiang, últimamente, ha afirmado: "Prácticamente, aquí no hay torturas". Hay quien sospecha que el régimen guineano ha financiado a los partidos españoles. Lo que es cierto es que hay políticos españoles que han mantenido excelentes relaciones (incluso económicas) con el régimen guineano, como José Bono, o Miguel Ángel Moratinos (este último incluso ha participado en actos públicos del Movimiento de Amigos de Obiang, uno de los órganos de movilización de masas del régimen guineano).

El exministro Moratinos, con Obiang y su esposa en un acto del Movimiento de Amigos de Obiang. Foto: Oficina de prensa de Guinea Ecuatorial.

En la CPLP y en la internacional democristiana

Con el dinero del petróleo, la obsesión de Obiang Nguema fue intentar ocultar su dictadura y recuperar apoyos internacionales. Y lo ha conseguido. En 2014 Guinea Ecuatorial ingresaba en la Comunidad de Países de Lengua Portuguesa (CPLP), integrada por Portugal, Brasil, Mozambique, Angola, Santo Tomé y Príncipe, Guinea-Bisáu, Cabo Verde y Timor-Este. Quería intensificar las relaciones económicas y políticas con los países de este grupo. No importó mucho, para la integración, que en Guinea nadie hablara portugués (sólo hay unos pocos millares de personas que hablan fa d'ambó, una lengua criolla derivada del portugués). Tampoco pareció importar mucho que el gobierno guineano no hubiera puesto en marcha ninguna medida seria para promover el francés, que desde 1998 era formalmente lengua oficial (pero sin impacto real). Lo único que preocupó un poco fue que Guinea Ecuatorial derogara la pena de muerte, y Obiang Nguema enseguida se comprometió a hacerlo.

Ahora, cinco años después, hay muchos guineanos que incluso ignoran que el portugués sea lengua oficial de su país, y el régimen, abiertamente, ha dicho que no piensa abolir la pena de muerte. Sin embargo los países de la CPLP reconocen ahora el "compromiso" de Guinea en el proceso de integración. Y hace unas semanas, el Partido Democrático de Guinea Ecuatorial anunciaba que se incorporaría próximamente a la Internacional Democrática de Centro (a la que pertenece el Partido Popular español y a la que también pertenecía Unió). La IDC prometía "avances democráticos, paso a paso, pero sin descanso". Absolutamente desconcertante en un país que lleva 40 años de dictadura, en la que las libertades están absolutamente reprimidas y en el que ahora no hay ni un solo diputado de la oposición.

El ejército español desfilando en Guinea el pasado 12 de octubre.

El heredero

Obiang ya tiene 77 años. Hay preocupación por su sucesión, aunque no parece estar en mal estado de salud (hace unos años mostraba un claro deterioro, pero ahora está recuperado). Obiang ha apostado siempre claramente por su familia, y ha dado cargos de gran importancia a sus hijos (tanto a los de las tres mujeres oficiales como a los de relaciones extramatrimoniales). Ahora bien, el que generalmente ha tenido una posición privilegiada ha sido Teodoro Nguema Obiang Mangue ("Teodorín"), el primogénito de la "Primera Dama", Constancia Mangue de Obiang, que incluso ha sido nombrado vicepresidente del país.

Teodorín ha ocupado puestos de gran importancia en el gobierno, pero es conocido por su vida de playboy (pasa buena parte del año fuera del país, de fiesta en fiesta). Se ha beneficiado inmensamente del expolio familiar de los bienes del Estado. Por eso ha tenido problemas judiciales en Estados Unidos, Francia, Suiza... Y se ha visto obligado a ceder buena parte de estos bienes "mal adquiridos" a las autoridades de los países donde los había depositado. Pero sigue viviendo a todo ritmo. Su máximo rival por la sucesión es Gabriel Obiang Lima, primogénito de la "Segunda Dama" (la segunda mujer de Obiang). Recientemente se ha sabido que pagó al comisario Villarejo para que espiara los negocios sucios de su hermano y lanzara una campaña de desprestigio contra él a los medios españoles.

Teodorín con su minisubmarino de bolsillo. Foto: Instagram @TeddyNguema.

Un tres de agosto con perfil bajo

El aniversario del golpe de estado de Obiang, el 3 de agosto, ha sido festivo en Guinea en los últimos 40 años. Habitualmente se celebraba un gran desfile donde se rendía homenaje al dictador (que últimamente se hace decir "Libertador"). No sólo los militares pasaban por la tribuna para agradecer el "Golpe de Libertad", sino que desfilaban los funcionarios, las vendedoras del mercado, los niños de las escuelas, los habitantes de los barrios... Era un acto de vasallaje masivo al dictador que se celebraba cada año en una localidad diferente. Eso obligaba a la renovación de la población escogida por el gobierno, básicamente con fondos de las élites locales. Se derribaban casas viejas, se construían edificios públicos, se mejoraban las carreteras de acceso al lugar... Este año, en cambio, la fiesta no tendrá tanto relieve. El martes, miércoles y jueves el gobierno ha organizado varias actividades en Bata. Pero la fiesta central tendrá lugar en Djibloho, la "Ciudad de la Paz", la nueva capital que se está construyendo en medio de la selva. Un lugar fantasmagórico, desierto, con grandes carreteras, inmensos palacios, un hotel de lujo, un aeropuerto internacional, una universidad "americana" y lujosas dependencias oficiales en medio de la nada. El último delirio de un dictador que lleva 40 años en el poder.