Hace semanas que la República Democrática del Congo está sometida a un estado de alerta máxima por una enfermedad de origen desconocido que, a estas alturas, ha provocado 80 víctimas mortales, según las autoridades del país. La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha indicado este viernes en un informe que el patógeno podría provenir de un virus respiratorio exacerbado por la malaria y la desnutrición. El estudio de la entidad se basa en 430 muestras de laboratorio tomadas de los pacientes que dieron positivo por virus respiratorios comunes. "Estos hallazgos sugieren que una combinación de infecciones respiratorias virales, comunes y estacionales, agravada por la desnutrición aguda, ha conducido a un aumento de infecciones graves y muertos, que ha afectado desproporcionadamente a niños menores de cinco años", ha revelado la OMS.
Los pacientes bajo la lupa de la OMS presentan síntomas que incluyen fiebre, dolor de cabeza, tos, secreción nasal, dificultades respiratorias y anemia. La entidad envió a un grupo de expertos al país africano a finales del mes de noviembre para colaborar con las autoridades locales en las investigaciones sobre la enfermedad. El equipo ha ayudado a profundizar en "las investigaciones sobre la causa de la enfermedad", indicó el organismo en un comunicado. "Compartiremos más información sobre los esfuerzos encaminados a identificar la enfermedad cuanto antes mejor". A diferencia de las autoridades congoleñas, la OMS habla de 48 muertos y 891 casos de la enfermedad.
Gran parte de los casos se han detectado en la localidad de Panzi, el epicentro de la enfermedad, situada en la provincia de Kwango, al oeste del país y a unos 700 kilómetros de la capital Kinsasa. Según ha indicado la OMS, se trata de una zona de difícil acceso por carretera, ya que las redes de comunicación son muy limitadas. Las autoridades congoleñas afirman que los casos empezaron a registrarse el 24 de octubre, pero no recibieron la primera alarma hasta finales de noviembre. Un equipo inicial de expertos enviado por el gobierno tardó dos días en llegar después del aviso. Asimismo, Panzi no cuenta con ningún laboratorio, así que las muestras recogidas tuvieron que ser enviadas a otra localidad situada a unos 500 kilómetros.
Por su parte, el ministro de Salud Pública del país, Samuel Roger Kamba Mulamba, anunció hace tres semanas que la República Democrática del Congo se encontraba en "alerta máxima". "Consideramos que se trata de un nivel de epidemia que tenemos que vigilar tan de cerca como sea posible", dijo el ministro en una rueda de prensa en Kinsasa, dónde también destacó que los menores de cinco años suponían en torno al 40% de los casos detectados. Mulamba señaló que "la tasa de mortalidad del 8% nos hace pensar que no es covid", si bien admitió que la fragilidad de la población en el área afectada podría hacer que un posible brote de covid tuviera efectos más mortíferos. Panzi es una localidad que sufre carencias alimentarias y muchos casos de malaria. Además, la zona se vio golpeada hace dos años por un brote de fiebre tifoidea.