ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
La ONG Human Rights Watch (HRW) ha confirmado que las tropas rusas utilizaron bombas de dispersión sobre la población de Járkov el 28 de febrero, en este sentido ha señalado que estos ataques pueden constituir crímenes de guerra. Estos ataques provocaron la muerte de al menos tres civiles. Las bombas de racimo o de dispersión, son unas bombas de caída libre que pueden ser lanzadas desde el aire, mar y tierra, y una vez ha conseguido una altura concreta, se abre dejando caer centenares de pequeñas bombas con un alto poder explosivo, antitanque, antipersona, perforantes, incendiarias, etc. A menudo estas bombas no explotan al impacto inicial, dejando submuniciones sin explotar que actúan como minas terrestres si se tocan. La ONG ha verificado y analizado al menos 25 vídeos y fotografías publicados en las redes sociales que muestran tres ataques o sus secuelas inmediatas en las zonas norte, nordeste y sureste de la ciudad y otras 15 imágenes tomadas por dos testigos después de uno de los ataques en el distrito de Shevchenkivskii. En concreto, uno de los vídeos analizados por la organización, fue publicado en Telegram a las 11.29 horas (hora local) del 28 de febrero, muestra múltiples explosiones consistentes con el uso de bombas de racimo en el distrito nordoriental de Moskovskii, en la ciudad de Járkov.

Investigación

La ONG ha comprobado que las explosiones y los restos de cohetes encontrados en los alrededores de los ataques confirman que fueron submuniciones provocadas por bombas de racimo. De hecho, otro vídeo publicado en Telegram, grabado por una cámara de seguridad en el distrito de Industrialnyi, en el sureste del país, muestra al menos 15 explosiones consecutivas en una calle residencial que son consistentes con submuniciones. En el análisis de dos vídeos más, uno publicado en Telegram a las 12.55 horas (hora local) de este día y otro publicado en Twitter a las 2.23 horas de la tarde, grabados desde el centro de la ciudad hacia el distrito de Shevchenkivskyi, se observan explosiones similares. La ONG entrevistó a un hombre por teléfono, que se encontraba a un kilómetro de la calle Balakiryeva, donde se produjo una de las explosiones, y ha enviado a la organización cerca de trece fotografías que él mismo había hecho, que mostraban submuniciones sin explotar.

Por otra parte, HRW habló por teléfono con otro hombre de que vive en el distrito de Shevchenkivskyi, cerca de donde ocurrió el ataque, un área con al menos tres escuelas infantiles, tres escuelas y un gran hospital. El hombre relató que cuando se produjeron las explosiones, caminaba con su mujer en una tienda cerca de su casa a la calle Balakiryeva en torno a las 10.00 horas del 28 de febrero. "Mi esposa y yo entramos en el sótano de un bloque de apartamentos y casi unas 50 personas más se estaban refugiando allí", señaló, agregando que todo el edificio estaba temblando. Una fotografía que el hombre hizo y envió a Human Rights Watch muestra la sección de carga vacía de un cohete de bombas de racimo.

 

Uso indiscriminado de armas

A través de un comunicado, HRW ha explicado que "el uso de armas intrínsecamente indiscriminadas en áreas pobladas está prohibido por el Derecho Internacional humanitario, las leyes que rigen la conducción de la guerra. Un tratado internacional prohíbe las bombas de racimo a causa de su efecto indiscriminado generalizado y al peligro duradero para los civiles". La ONG denuncia que según las leyes de la guerra, las partes en conflicto tienen que evitar ubicar objetivos militares cerca de zonas densamente pobladas y esforzarse por alejar a los civiles de las proximidades de las actividades militares. Sin embargo, la parte atacante no queda exonerada de su obligación de tener en cuenta el riesgo para los civiles, ni de la obligación de no utilizar armas intrínsecamente indiscriminadas porque considera responsable en la parte defensora de haber localizado objetivos militares legítimos dentro o cerca de zonas pobladas.

En este sentido, los Estados Unidos también han asegurado que el Ejército de Moscú está moviendo bombas de racimo y termobàriques en Ucrania, armamentos muy criticados por su poder de destrucción. "Hemos visto vídeos de fuerzas rusas llevando a Ucrania armas excepcionalmente letales, que no tienen cabida en los campos de batalla. Eso incluye municiones de uva y bombas de vacío", señaló este miércoles a la embajadora estadounidense ante la ONU, Linda Thomas-Greenfield, en un discurso. Según Thomas-Greenfield, las indicaciones apuntan al hecho de que el Kremlin "está preparándose para aumentar la brutalidad de su campaña contra Ucrania".