Una ONG contra la pobreza, la Auckland City Mission está en todos los medios neozelandeses, pero no por su tarea, sino porque se han visto inmersos en un caso que ha dejado estupefactos a los ciudadanos de Nueva Zelanda. La organización beneficia ha repartido sin saberlo caramelos con una "dosis potencialmente letal" de metanfetaminas. La policía ya investiga el caso para descubrir quién está detrás del asunto. "Nuestras primeras investigaciones indican que los alimentos en cuestión (caramelos con sabor a piña de la marca Rinda) pueden haber sido distribuidos en paquetes de alimentos durante las últimas semanas", apunta un comunicado de la policía, que trata el asunto como prioridad "dado el riesgo público".
La ONG asegura que los caramelos, que contienen una "dosis potencialmente letal" de droga, fueron donados por una persona sin identificar, que los entregó en un paquete de tamaño comercial. "Si has recibido alguno de estos caramelos, por favor no te los comas", advierte en su perfil de Facebook la Auckland City Mission, que reparte comida entre las personas más desfavorecidas. Uno de los destinatarios de los caramelos contactó con la organización caritativa al detectar un sabor "raro" en los caramelos, analizados a posteriori por la Fundación Antidroga de Nueva Zelanda.
Sarah Helm, directora de la Fundación Antidroga de Nueva Zelanda, ha afirmado que cada caramelo contenía unos 3 gramos de metanfetamina. Una dosis común es de entre 10 y 25 miligramos, así que cada caramelo contaminado contiene más de 300 dosis. Tragar tanta metanfetamina es extremadamente peligroso y podría provocar la muerte", ha remarcado en un comunicado Helm. Bien Birks Ang, portavoz de la Fundación, dijo que disfrazar las drogas como mercancías inocuas es una técnica común de contrabando transfronterizo y que podrían haberse distribuido más dulces por toda Nueva Zelanda.
Desolación en la ONG
Desde la Auckland City Mission han transmitido su preocupación y desolación por haber repartido estos caramelos, aunque no los adquirieron. Helen Robinson, miembro de la entidad, ha comunicado que ocho familias, incluido al menos un niño, habían informado de que consumían los dulces contaminados desde el martes. Sin embargo, nadie ha sido hospitalizado, ha declarado Robinson: "Decir que estamos desolados es un eufemismo".
Por parte de la empresa, han querido dejar claro que no sabían nada y se han puesto a disposición de las autoridades. "Queremos dejar claro que Rinda Food Industries no utiliza ni aprueba el uso de ninguna droga ilegal en nuestros productos", dijo el director general, Steven Teh.