"Nadie quiere que el mar Rojo se convierta en el mar Negro, pero resulta que eso es lo que pasará". Es la advertencia que ha hecho el coordinador humanitario de las Naciones Unidas para el Yemen, David Gressly, en relación con la posibilidad que el superpetrolero 'FSO Safer', inmovilizado desde hace casi diez años delante de las costas del Yemen sin ningún tipo de mantenimiento o supervisión, se hunda y provoque un vertido de petróleo que supondría una catástrofe ecológica y humanitaria sin precedentes en la región. En declaraciones en Sky News, Gressly ha explicado que el barco todavía contiene en su interior más de un millón de barriles de crudo, y que pudría "hundirse o reventar en cualquier momento".

El petrolero Safer tiene un alto riesgo de hundirse o de explotar

El petrolero se construyó en 1976, y lleva amarrado al norte de la ciudad de Hodeida desde marzo del 2015, a causa del inicio de la guerra civil del Yemen. Tiene riesgo de hundirse por el deterioro de la estructura del barco, pero también de explotar, dado que no hay ningún mecanismo que controle los gases producidos por la evaporación del combustible. "No se trata de una cuestión de 'quizás', es una cuestión de 'cuándo'", ha avisado el humanitario, que ha instado al sector privado a colaborar para hacer posible la retirada del barco. En este sentido, el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) anunció a mediados de mes la compra de otro barco de gran capacidad, un 'Very Large Crude Carrier' (VLCC) de la empresa Euronav, para extraer el crudo almacenado en el interior del barco.

En la entrevista, Gressly ha manifestado la frustración por la falta de ayuda de los donantes internacionales para proporcionar los aproximadamente 30 millones de euros que hacen falta para poder llevar a cabo la operación, teniendo en cuenta que las estimaciones apuntan a que un vertido supondría un coste aproximado de unos 20.000 millones de euros. "Es verdad que la situación a que se enfrentan los donantes internacionales es muy compleja por varios motivos, pero el caso es que tienen dinero para hacer frente a emergencias. Si hubiera un vertido, contaríamos con decenas de millones de dólares para limpiarlo, pero nadie parece tener dinero a los presupuestos cuando se trata de impedir catástrofes", concluyó el humanitario.

La situación compleja a la cual se refiere Gressly tiene que ver con el reparto de la carga del petrolero, dado que los barriles de crudo tienen un valor estimado en 40 millones de dólares. El plan de la ONU es venderlo y repartirlo entre el gobierno del Yemen y los rebeldes hutíes.

Las consecuencias de un vertido

Según un modelo proyectado por la revista científica Nature Sustainability, un vertido total del 'Safer' se extendería hasta Arabia Saudí y por todas las aguas de Eritrea y Yibuti, y obligaría al cierre inmediato de los puertos de Hodeida y Saleef, imprescindibles para la entrada de alimentos y de ayuda humanitaria para los seis millones de afectados por la guerra. El vertido también impediría la llegada de combustible a ocho millones de personas que lo necesitan para activar sus generadores o bombas de agua potable en un país que ya sufre una grave crisis humanitaria a consecuencia de la guerra. Además, el acceso al agua también se complicaría porque un vertido obligaría a cerrar las plantas desalinizadoras. El impacto ambiental sería muy grave tanto para los humanos, que se verían expuestos a un aire muy contaminado y a toxinas, y para la vida marina, especialmente para los corales y la población de peces, que tardarían 25 años en recuperarse.