La prohibición del gobierno talibán de Afganistán de que las mujeres puedan trabajar en ayuda humanitaria ya ha tenido las primeras consecuencias. Las Naciones Unidas ya han avisado y han expuesto que algunos programas se han tenido que detener temporalmente y han advertido que muchas otras actividades seguramente tendrán que detenerse a causa de la prohibición por parte de la administración de las trabajadoras humanitarias.

El jefe de ayuda de la ONU, Martin Griffiths, el jefe de las agencias de la ONU y varios grupos de ayuda han dicho en una declaración conjunta este miércoles que la "participación de las mujeres a la entrega de ayuda no es negociable y tiene que continuar" y han pedido a las autoridades que retrocedan con la decisión.

"Prohibir a las mujeres el trabajo humanitario tiene consecuencias inmediatas que amenazan la vida de todos los afganos. Algunos programas de tiempo crítico ya se han tenido que detener temporalmente a causa de la falta de personal femenino", se puede leer a través de este comunicado. "No podemos ignorar las limitaciones operativas que ahora enfrentamos como comunidad humanitaria", ha detallado. "Nos esforzaremos por continuar con las actividades urgentes que salvan vidas... Pero prevemos que habrá que detener muchas actividades, ya que no podemos brindar asistencia humanitaria basada en principios sin trabajadoras humanitarias".

La medida se produjo cuando los ministros de Relaciones Exteriores de 12 países y la UE, incluidos los Estados Unidos y Gran Bretaña, instaron al gobierno liderado por los talibanes de Afganistán a revertir la decisión de prohibir que las mujeres trabajen en grupos de ayuda humanitaria. 

Los ministros de países como los EE. UU., Francia, Alemania, el Reino Unido y Australia dijeron que "el orden imprudente y peligroso" de los talibanes ha puesto en riesgo a millones de afganos que dependen de la asistencia humanitaria para sobrevivir.

Casi todas las grandes agencias de ayuda de ONG que operan en Afganistán han suspendido casi todo el trabajo mientras continúan las conversaciones para persuadir a los talibanes de rescindir o aclarar su decisión. A decenas de miles de trabajadoras humanitarias, muchas de ellas sustentadoras de familia, se les ha dicho que se queden en casa durante la suspensión, ya que la ONU busca persuadir a los talibanes de las consecuencias para la gente común en Afganistán.

¿Cómo se ha llegado hasta aquí?

Los talibanes han ordenado a todas las organizaciones no gubernamentales (ONG) locales y extranjeras que impidan a las trabajadoras que vayan a trabajar. Así lo ha indicado una carta del Ministerio de Economía. La carta, que habría sido confirmada por un portavoz, constata que las trabajadoras de las ONGs no podrían trabajar hasta nueva orden.

Ha afirmado que la medida ha sido el resultado de que algunas mujeres supuestamente no se adhirieron a la interpretación de la administración del código de vestimenta islámico. Los trabajadores humanitarios han dicho que el personal femenino es fundamental para garantizar que las mujeres puedan acceder al apoyo.

Docenas de organizaciones operan en áreas remotas de Afganistán y muchos de sus empleados son mujeres, y algunas ya han advertido que prohibir al personal femenino dificultaría el trabajo.

 

Imagen principal: mujeres estudiantes afganas / Efe