António Guterres, secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) ha declarado que el referéndum kurdo puede tener "efectos desestabilizadores" para Iraq, a la vez que la Unión Europea (UE) ha lamentado que el referéndum se haya celebrado de forma "unilateral".
Ambas organizaciones han coincidido en reivindicar su defensa de la soberanía, la integridad territorial y la unidad de Iraq, apelando al diálogo como herramientat para resolver el conflicto actual en el país.
La UE ha hecho referencia explícita también al marco legal iraquí, pidiendo "una solución mutuamente acordada dentro de la Constitución de Iraq" y lamentando que no se hayan escuchado sus consejos en los cuales pedía que el referéndum no se celebrara.
Por último, la UE se ha referido también a la unidad de Iraq como fundamental para combatir Daesh, afirmando que "la unidad iraquí sigue siendo esencial para responder a la amenaza residual que plantea el EI, la gran tarea de la reconstrucción en las zonas liberadas y el desafío esencial de construir un Iraq estable, seguro, inclusivo y próspero en interés de todos los iraquíes".
Contexto adverso para el Kurdistán
Actualmente, la nación kurda, que no cuenta con un Estado que la represente, se encuentra diseminada entre Irán, Iraq, Siria y Turquía.
Dentro de estos países, la única comunidad kurda que ha tenido un cierto amparo legal ha sido la iraquí, al contar con una región autónoma dentro del país y un gobierno propio.
Sin embargo, la frontera de la región kurda dentro de Iraq fue atacada por el Estado Islámico, y lo que queda a estas alturas es una suerte de la línea del frente que ha quedado después de combatir el grupo terrorista, diferente a la delimitación antes del conflicto armado.
Esta indefinición de su frontera supone que, en caso de volverse independientes, tampoco quedaría claro cuáles son sus límites como futuro Estado, tal y como afirma Adrià Reyes, politólogo versado en relaciones internacionales consultado por El Nacional.
Además, dado que todavía hay comunidades kurdas en Irán, Turquía y Siria sin estructuras democráticas que las representen, una autodeterminación como Estado de la nación kurda en Iraq representaría un precedente para que las comunidades kurdas vecinas reivindicaran su reconocimiento, por lo que los países que las acogen se oponen también a la autodeterminación de los kurdos iraquíes.
Además, a pesar de la alta participación en el referéndum del Kurdistán iraquí, el único Estado que le da apoyo es Israel, y en menor medida, los Estados Unidos. Los Estados limítrofes y, como se ha descrito, la ONU y la UE, rechazan una independencia directa de la comunidad kurda en Iraq, por lo que el diálogo de esta con el Gobierno central iraquí es, a estas alturas, la vía más plausible para resolver el conflicto.