“No hay una solución militar” para el conflicto en Ucrania, ha dicho el secretario de Estado de los Estados Unidos, Marco Rubio, antes de las importantes reuniones que se celebrarán el martes en la Arabia Saudí para reparar una relación gravemente dañada que ha dejado a Kyiv sin el apoyo de Washington. La delegación de Ucrania, encabezada por el jefe de gabinete de Volodímir Zelenski, Andrey Yermak, se reunirá con Rubio y otros altos funcionarios de la Casa Blanca en aquello que se considera un terreno neutral en la ciudad saudí de Yeda. La posición de Ucrania a las conversaciones será “plenamente constructiva”, ha dicho este lunes Zelenski, su presidente, añadiendo que esperaba resultados prácticos de las negociaciones para poner fin a la guerra rusa a su país. De camino a Yeda, Rubio subrayó la necesidad de evaluar la disposición de Kyiv a hacer concesiones para alcanzar la paz.
Según destaca el The Guardian, les ha dicho a los periodistas en el avión: “Lo más importante con que nos tenemos que marchar de aquí es con un fuerte sentimiento de que Ucrania está preparada para hacer cosas difíciles, como los rusos tendrán que hacer cosas difíciles, para poner fin a este conflicto, o cuando menos, pausarlo de alguna manera”. “Creo que las dos partes tienen que llegar a un entendimiento, que no hay solución militar a esta situación”. “Los rusos no pueden conquistar toda Ucrania y, obviamente, será muy difícil para Ucrania, en un periodo de tiempo razonable, obligar a los rusos a volver al punto en que se encontraban en el 2014”.
Conversaciones sin los dos presidentes
Los dos presidentes no participarán en las conversaciones, aunque Zelenski ha estado en Yeda este lunes para reunirse con el príncipe heredero saudí, Mohammed bin Salmán, cuyo gobierno ha tenido un papel mediador entre Ucrania y Rusia. Durante la reunión en Yeda, el príncipe heredero subrayó el apoyo del reino a los esfuerzos internacionales por resolver la crisis de Ucrania y conseguir la paz, informó la agencia de noticias estatal saudí SPA el martes por la mañana.
Zelenski también ha enviado a sus ministros de Asuntos Exteriores y Defiende en Yeda para las conversaciones. El domingo, publicó: “Estamos plenamente comprometidos con el diálogo constructivo y esperamos discutir y acordar las decisiones y los pasos necesarios”. “Hay propuestas realistas sobre la mesa. La clave es actuar con rapidez y eficacia”. Las fuerzas rusas, animadas después de que Ucrania perdiera el apoyo de su mayor patrocinador, aprovecharon el momento y lanzaron misiles balísticos mientras intentaban rodear miles de tropas ucranianas que habían mantenido una posición durante siete meses en la región rusa de Kursk.
Rusia quiere mostrarse fuerte
En la víspera de las conversaciones, Rusia ha lanzado ataques aéreos contra Kyiv y otras partes de Ucrania, y la fuerza aérea ucraniana ha afirmado que el país estaba bajo amenaza de un ataque con misiles. La Casa Blanca ha presentado la política de Trump hacia Ucrania como un intento de conseguir una paz duradera, pero el presidente se ha centrado principalmente en presionar a Zelenski para que entregue la riqueza mineral de su país a los Estados Unidos. Después de la crisis en el Despacho Oval, Zelenski intentó mejorar los vínculos con el líder norteamericano. El presidente ucraniano dice que está dispuesto a firmar un acuerdo sobre minerales, aunque parece poco probable que obtenga las garantías de seguridad norteamericanas que Kyiv considera vitales para evitar futuros ataques rusos.
Ante la duda sobre el apoyo de los Estados Unidos, Zelenski ha buscado reforzar el apoyo europeo. Así y todo, se ha visto presionado para salvar la relación con Washington, que ha sido el apoyo mayor de Ucrania desde la invasión rusa del 2022.
¿Qué está dispuesto a ceder Ucrania?
Los ucranianos parten con la reciente propuesta de Zelenski de empezar ofreciendo pactar con Rusia un alto el fuego parcial que afecte a las operaciones aéreas —misiles, drones, bombardeos— y navales en el mar Negro. El giro en su posición es notorio, ya que implica dejar en segundo plano la demanda inicial de garantías generales de seguridad en los Estados Unidos para negociar, lo que significa para sus intereses poner el carro delante de los caballos. Los hombres de Zelenski, sin embargo, seguirán pidiendo que la ayuda militar norteamericana continúe, y este será el punto esencial de sus demandas.
El último acto de presión por parte de Trump fue congelar, el jueves pasado, el suministro de información de inteligencia, las consecuencias del cual ya se hicieron notar en Ucrania al día siguiente, y eso aunque Steve Witkoff afirmó el domingo que no se había cerrado el grifo con respecto a acciones defensivas de los ucranianos. El mismo Trump dijo —crípticamente— que ya “casi” había finalizado la suspensión del apoyo en inteligencia.
Otros aspectos de la posición ucraniana son aprovechar el citado alto el fuego para intercambiar presos y por la entrega por parte de Rusia de los niños ucranianos secuestrados y llevados a su territorio, una práctica execrable que ya ejercieron la Unión Soviética, Alemania o Francia durante la Segunda Guerra Mundial. El primero no tendría que encontrar obstáculos, ya que ha habido cambios de presos durante toda la guerra, pero el segundo es más complicado. Según datos publicados en junio de 2024 por la inteligencia militar ucraniana, se trata de “al menos 20.000” niños desde el inicio de la invasión a gran escala que son “rusificados”, cosa que los ucranianos califican de “genocidio cultural”.