La mayoría opositora del Parlamento venezolano invistió de nuevo este martes a Juan Guaidó como presidente interino de Venezuela, tras una accidentada sesión en la que los diputados tuvieron que abrirse paso a la fuerza hacia el Palacio Legislativo.
Esta decisión ratifica el desafío de la oposición al presidente venezolano, Nicolás Maduro, que gobierna desde 2013 y al que buena parte de la comunidad internacional, con Estados Unidos a la cabeza, le pide que se aparte del poder y convoque a "elecciones libres".
La iniciativa de que Guaidó jurara de nuevo como gobernante interino fue propuesta por el diputado Carlos Berrizbeitia y secundada por más de cien opositores, según los cálculos hechos por el antichavismo.
"En nombre de los que hoy no tienen voz, de esas madres que lloran a sus hijos en la lejanía, en nombre de Venezuela, juro cumplir con los deberes de presidente encargado y buscar solución a la crisis para vivir con dignidad", dijo Guaidó con su mano derecha sobre la Carta Magna vigente.
El domingo, Guaidó y varias decenas de diputados que le respaldan se quedaron fuera de una bronca sesión parlamentaria en la que, con apoyo del chavismo, el legislador Luis Parra, que se declara opositor, dijo haber sido elegido jefe de la cámara.
Parra presidió hoy mismo una sesión en la que se debatió la escasez de gasolina que padece Venezuela, pese a sus enormes depósitos de petróleo, los mayores del planeta. Guaidó no pudo estar en la sesión, tras ser retenido por un cordón policial.
Con todo, los diputados opositores se abrieron paso a la fuerza y lograron instalarse en el hemiciclo, no antes de que Parra y los diputados que le respaldan abandonaran el pleno. Guaidó declaró a la prensa posteriormente que la sesión que presidió Parra es "ilegítima", al no contar con el quorum mínimo de 84 legisladores