Al menos tres personas han resultado heridas este martes al Parlamento serbio después del lanzamiento de bengalas y botes de humo durante una sesión caótica, qué se tenía que confirmar la dimisión del primer ministro, Miloš Vučević, y debatir nuevas leyes para calmar las protestas de estos meses. La presidenta del Parlamento, Ana Brnabic, ha acusado del sucedido a la oposición, a quien ha calificado de "banda terrorista", responsabilizándola de los heridos. Una de ellas, Jasmina Obradovic, habría sufrido heridas de gravedad después de recibir el impacto de una bomba atordidora, que le habrían provocado un derrame cerebral. Las otras dos diputadas que han resultado heridas, una de ellas embarazada, han sido evacuadas del hemiciclo por los servicios de emergencia en el momento que se han desplegado agentes de seguridad en el interior de la cámara.
A pesar de todo este escenario, el debate ha continuado con reproches constantes, gritos y pitadas. Dos horas después del primer incidente, de nuevo los diputados de la oposición han llenado de humo a la cámara y han empezado a hacer ruido con sonajeros, mientras que algunos ministros han desplegado banderas serbias. Los miembros de partido en el gobierno, el SNS, han eliminado del orden del día un punto sobre la destitución de la presidenta del Parlamento, que también pertenece a la formación de gobierno, y que ha acabado de encender definitivamente los ánimos. De hecho, ha habido empuje y lanzamiento de agua entre diputados. La presidenta de la cámara también ha cogido partido al mostrar una bandera de Serbia como respuesta a las provocaciones de la oposición, y tanto ella como los diputados de su partido han vinculado la acción, sin dar pruebas, a los opositores con intereses del gobierno de Kosovo, cuya independencia no reconoce al ejecutivo serbio.
Mientras que en el interior del Parlamento se producían los altercados, centenares de manifestantes se han congregado para lanzar huevos y otros objetos contra el edificio. La oposición serbia exige que se forme un gobierno de transición, que tendría que preparar unas nuevas elecciones "justas y democráticas", que amenazan al hasta ahora presidente Aleksandar Vučić, que hace una década que está en el poder bajo denuncias de un creciente autoritarismo y corrupción extendida.
Meses de protestas
Vučević dimitió después de meses de protestas por parte de decenas de miles de personas, lideradas por los estudiantes, que exigen un Estado de derecho en condiciones en Serbia. Las protestas fueron desencadenadas por el colapso del techo a la estación de trenes de Novi Sad, en el norte de Belgrado, el pasado 1 de noviembre, cuando murieron 15 personas. La oposición y los manifestantes aseguran que el accidente mortal fue producto de la endémica corrupción al país balcánico. El presidente Vucic ha anunciado que nombrará un nuevo gobierno en un plazo de 30 días, después de que el Parlamento confirme la dimisión de Vučević, en un movimiento que la oposición considera como colocar "un títere del presidente".