La abrumadora victoria de Bashar Al-Asad, que consiguió un dudoso 95,1 % de los votos en las elecciones presidenciales celebradas el día 25 en Siria, ha sido tildada de “farsa” por parte de la oposición siria, que daba por hecho que Bashar al-Asad ganaría la elección. Por su parte, los principales aliados del régimen sirio, como China y Rusia, no han dudado a felicitar al reelegido presidente.
Según avanza la agencia Efe, Ibrahim al Jibawi, que representa a la oposición en el Comité Constitucional en Ginebra, constituido a finales de 2019 para redactar una nueva Carta Magna con la participación del régimen, la oposición y la sociedad civil, reiteró que las elecciones del pasado miércoles fueron una "farsa". "Esto fue una obra de teatro. Todos hemos visto videos que prueban un flagrante fraude y que la gente de 'shabiha' estaba votando más de una vez", dijo a Efe Jibawi en referencia a una milicia siria aliada de Damasco que estuvo en los colegios controlando el proceso.
Aparte de denunciar un supuesto fraude electoral, el miembro del comité también mostró preocupación por las consecuencias que pueden traer estos resultados, como que Al-Asad prolongue su mandato con una reforma de la Constitución, algo que ya hizo en el año 2000 para poder gobernar en Siria. Por este motivo, según Al Jibawi, "estas elecciones no representan nada en absoluto. Es como si no hubieran tenido lugar".
Además, millones de sirios se quedaron fueran del proceso electoral en el noroeste del país, en manos de grupos opositores y facciones yihadistas, y en el noreste, administrado por una autoridad autónoma kurda.
Felicitación de Putin
Por su parte los países garantes del régimen sirio, como Rusia, Irán, China o Venezuela han celebrado la victoria de al-Asad, que va a comenzar su cuarta legislatura de siete años una vez vuelva a ser investido como presidente.
El presidente ruso y principal valedor de al-Asad, Vladímir Putin, fue el primero en felicitar a su colega sirio en un telegrama en el que expresó "la confianza de sus conciudadanos en su curso político, encaminado a estabilizar cuanto antes la situación en Siria y fortalecer su institucionalidad".
Por su parte, el Ministerio de Exteriores de Rusia criticó en un comunicado la posición de Occidente de no reconocer las elecciones sirias "a priori" y la calificó de "un acto de grosera presión política sobre Damasco y un nuevo intento de injerencia en los asuntos internos de Siria con el fin de desestabilizarla".
Esta declaración fue emitida después de que durante el escrutinio la Unión Europea (UE) considerara que las elecciones presidenciales sirias "socavan" los esfuerzos por encontrar una solución "sostenible" al conflicto, al no cumplir criterios democráticos.
Otros países aliados de Damasco como China o Irán también felicitaron a al-Asad por su "decisiva victoria", así como Venezuela, cuyo presidente, Nicolás Maduro, envió un telegrama de felicitación a su homólogo sirio por revalidar su mandato en una "ejemplar jornada democrática".