En Hungría las parejas del mismo sexo han perdido el derecho de adoptar después de una reforma constitucional que limita el concepto de familia a su versión más conservadora y que ha sido aprobada entre protestas de la comunidad LGTB + y de organizaciones defensoras de los derechos humanos.

La mayoría absoluta en el Parlamento de Fidesz, el partido del ultranacionalista del primer ministro Viktor Orbán, ha aprobado este martes una enmienda a la Constitución y una ley que solo permite la adopción a los matrimonios homosexuales. Esta decisión se ha tomado ignorando las protestas de la comunidad LGTB +, de la oposición y de diferentes ONG.

Nuevo marco legal

Las enmiendas aprobadas establecen en la Constitución que "la madre es mujer, el padre es hombre" en el mismo párrafo donde se estipula que "el matrimonio es la unión de una mujer y un hombre". Otra reforma legal solo autoriza la adopción a los matrimonios, hecho que supone excluir los miembros de la comunidad LGTB +, pero también a todos los solteros.

Puede haber excepciones, y alguien que no esté casado puede solicitar la adopción, pero será el Gobierno y concretamente la ministra de Asuntos Familiares, quien determine en última instancia si procede. Hasta ahora las parejas LGTBI+ tenían la opción de adoptar por un resquicio legal que permitía la adopción individual, pero esta ventana se ha cerrado ahora.

La ONG más importante de Hungría por los derechos LGTB +, Hatter, ha criticado que el Gobierno anteponga su agenda ideológica nacional-cristiana a la posibilidad de que los niños puedan ser acogidos en una familia que los quiera.

Mientras que en otros países los gobiernos intentan asegurar que los niños puedan crecer en familias, "en Hungría esta posibilidad se limita gradualmente, considerando como secundarios los intereses de los menores", asegura esta ONG en un comunicado.

Críticas a la nueva legislación

"Un nuevo día oscuro para Hungría", titula en su comunicado la organización pro derechos humanos Amnistía Internacional (AY). "El Fidesz ha dado otro paso más para que las personas LGTB + sean consideradas de segunda categoría", afirma esta organización.

Según AI, este "es un día oscuro para la comunidad LGTB + de Hungría desde el punto de vista de los derechos humanos y para todos aquellos que consideran importando la igualdad y la dignidad". La organización subraya que las nuevas leyes "homófobas y tránsfobas" son un nuevo capítulo "dentro de la campaña de Gobierno contra la comunidad LGTB+

Tradicionalismo

El discurso oficialista justifica estos cambios porque "nuevas ideas del mundo Occidental ponen en peligro el derecho de los niños a un desarrollo sano", según resume la ministra de Justicia, Judit Varga, autora de los cambios aprobados.

Esta lucha contra las "ideas occidentales" es el motivo por el cual el Gobierno ha incluido en el texto de la Constitución que los niños recibirán una educación basada en valores cristianos.

El Gobierno de Orbán, en el poder desde 2010, ya estableció en la Constitución -que redactó en solitario y que entró en vigor en 2011- la defensa del modelo tradicional de familia. "Hungría defiende la institución del matrimonio, como la unión contraída voluntariamente entre un hombre y una mujer", dice el texto excluyente así el matrimonio entre personas del mismo sexo.

En esta Constitución se establece en "la familia y la nación como el marco principal de la convivencia", y se define la familia como "la base para la supervivencia de la nación".

La lucha para defender los valores considerados por el Gobierno "tradicionales" llegó hasta el punto que en mayo de 2019 el presidente de Parlamento, el ultraconservador László Kover, comparó a los homosexuales que quieren adoptar con pedófilos. "Hungría es un país tolerante y paciente con la homosexualidad, siempre que dejan en paz a nuestros hijos", había afirmado también Orbán en el pasado.

La hipocresía del tradicionalismo

Estos cambios llegan cuando la opinión pública húngara todavía tiene fresco un escándalo que ha puesto en duda los valores del Fidesz y que para la oposición es un ejemplo de su hipocresía política. József Szájer, un eurodiputado y uno de los fundadores del Fidesz, fue sorprendido en una orgía homosexual en Bruselas, incumpliendo las restricciones por la covid y, además, con droga en la mochila.

Szájer no es un político más sino precisamente el ponente constitucional que se encargó personalmente de redactar el párrafo que limita el matrimonio a la unión de un hombre y una mujer.

"Aunque se ha descubierto que uno de los exfundadores del Fidesz pasa su tiempo en orgías en Bruselas, cuando la pandemia está en máximos, su expartido vota enmiendas que hacen la vida más difícil a las personas LGTB+", asegura Hatter.

Para la oposición, como la Coalición Democrática, el partido de Orbán "ha perdido toda su credibilidad desde el punto de vista moral" con este escándalo y por eso decidieron no participar en la votación.

Algunos analistas consideran que la crisis económica y las cifras de muertes dan impresión ya en la popularidad de Orbán, por lo que ha emprendido un camino de reformas ultraconservadoras para satisfacer sus bases más fieles.

Fotografía principal: Viktor Orbán en el Consejo Europeo durante el pasado 10 de diciembre / Efe