La OTAN ha convocado una reunión con Ucrania el próximo martes, en respuesta al lanzamiento del nuevo misil balístico Oréshnik por parte de Rusia. La exhibición de músculo tecnológico con el debut de este cohete hipersónico ha llevado a Ucrania a solicitar una reunión este viernes. Ante la petición, la Alianza Atlántica ha citado a los ucranianos a un encuentro a escala de embajadores en su sede de Bruselas para analizar la última escalada de la guerra.
La inteligencia militar ucraniana ha revelado que el Oréshnik —'avellano' en ruso— se habría lanzado desde la región rusa de Astracán y solo habría tardado quince minutos en completar el millar de kilómetros de distancia hasta la fábrica armamentística de Dnipró. El misil es capaz de recorrer casi tres kilómetros por segundo, es decir, once veces por encima de la velocidad del sonido.
El Kremlin ha asegurado que el ataque, motivado por el uso de armamento occidental de largo alcance contra su territorio, ha sido una demostración de su capacidad de respuesta. "Rusia ha demostrado claramente sus capacidades", ha dicho al portavoz de la Presidencia, Dmitri Peskov.
Esta semana, Kyiv ha empezado a utilizar los misiles norteamericanos ATACMS y los Storm Shadow británicos tras recibir la anhelada luz verde de Washington y Londres. Los ucranianos han perpetrado ataques contra objetivos militares situados en regiones rusas fronterizas con el país, parcialmente invadido desde febrero de 2022. "¿Cómo tenemos que reaccionar ante eso? De la forma más dura posible", ha escrito en su cuenta de la red social X el asesor de la Oficina Presidencial ucraniana, Mikhailo Podoliak, que ha pedido que se aísle más a Rusia y se dote a Ucrania de más armamento, especialmente de misiles de largo alcance.
Rutte en Mar-a-Lago
Mientras tanto, el recientemente nombrado nuevo secretario general de la OTAN, Mark Rutte, ha viajado hasta Florida para reunirse con el futuro presidente de Estados Unidos, Donald Trump. El ex primer ministro de los Países Bajos tenía la visita programada en su agenda, una reunión protocolaria siempre que un nuevo presidente es elegido en Estados Unidos. Trump ha demostrado en varias ocasiones sus contradicciones con la Alianza Atlántica, a la que, durante su primer mandato, criticó duramente. Durante la campaña de las elecciones estadounidenses, el magnate advirtió a los aliados de la OTAN que "animaría" a Rusia "a hacer lo que quisiera" con los países que fueran "morosos".