Este martes 31 de diciembre, Panamá celebró el 25.º aniversario de la transferencia de la soberanía del Canal de Panamá con una ceremonia solemne celebrada las escalinatas de la sede de la Autoridad del Canal del Panamá (ACP), próxima al cauce de esta vía de navegación artificial de aproximadamente 82 kilómetros que conecta el océano Atlántico con el Pacífico y que atraviesa el istmo de Panamá. Esta obra de ingeniería, que se inauguró el 15 de agosto de 1914, permite a los barcos evitar el largo y peligroso viaje en torno a América del Sur, reduciendo significativamente los tiempos y costes de transporte marítimo. Los Estados Unidos se hicieron cargo del proyecto de construcción en 1904, después del intento fallido de Francia de hacerlo realidad, y el último día del año 1999, Panamá asumió el control total sobre la operación y administración del Canal, consumando los tratados Torrijos-Carter de 1977 que establecieron la base para la transferencia, y representaron la culminación de una larga lucha por la soberanía nacional panameña. Ahora, sin embargo, Trump ha puesto el canal en su punto de mira y amenaza de recuperar el control de la instalación si no se reducen los precios de los peajes para los buques norteamericanos.
En 1964, en Panamá rompimos barreras y, tras años de lucha, el Canal es nuestro. Recordamos la firma de los Tratados Torrijos-Carter en 1977 y la llegada de Gilberto Guardia en 1990 como el primer panameño al mando. ¡Un legado que nos impulsa al futuro! #HechosDelCanal pic.twitter.com/tKWoa4uQfQ
— Canal de Panamá (@canaldepanama) December 30, 2024
Jornada de exaltación nacional
La celebración de este hito histórico para los panameños fue un día de exaltación nacional, en medio de las amenazas de Trump, que han indignado a los ciudadanos de este país y también de toda la América Latina. El presidente de la República, José Raúl Mulino, se dirigió a la nación, destacando la trascendencia histórica del Canal para la soberanía y el impacto positivo en el mundo. En el discurso, el presidente enfatizó la importancia histórica del acto de la transferencia señalando que "desde entonces ha sido motivo de orgullo, no solo los panameños, sino un ejemplo para el mundo. En nuestras manos, el Canal no ha parado de crecer y son nuestras manos las que aportan para que el comercio internacional avance por un camino de progreso. Pueden estar tranquilos, a nuestras manos el Canal se va a quedar para siempre", remarcó.
Las declaraciones de Trump
Porque la celebración estuvo marcada por estas recientes y polémicas declaraciones del presidente electo, Donald Trump, quien el pasado 22 de diciembre afirmó que "nos están estafando enl Canal de Panamá", haciendo alusión a las tarifas que se les cobran a los barcos norteamericanos. El político republicano sugirió que, si eso no cambia, "exigiremos que el Canal de Panamá sea devuelto a los Estados Unidos íntegramente, rápidamente y sin hacer preguntas."
El presidente panameño, José Raúl Mulino, respondió enérgicamente en un mensaje subido en la red social X: "Cada metro cuadrado de Canal y su zona adyacente es de Panamá y lo seguirá siendo. La soberanía e independencia de nuestro país no son negociables. Cada panameño, aquí o en cualquier lugar del mundo, lo lleva en su corazón y es parte de nuestra historia de lucha y una conquista irreversible", aseguró.
🇵🇦 Mensaje del Presidente José Raúl Mulino 🇵🇦 pic.twitter.com/DMXU8qAuNT
— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) December 22, 2024
Mensaje del Presidente José Raúl Mulino
— José Raúl Mulino (@JoseRaulMulino) December 22, 2024
Statement from President Jose Raul Mulino pic.twitter.com/BZmrihicLE
Indignación contra Trump, reconocimiento a Carter
La indignación contra Trump contrastó con el reconocimiento a otro presidente norteamericano, Jimmy Carter, que murió el pasado domingo a los cien años y que fue una figura primordial en la transferencia de la vía acuática en manos panameñas, dado que firmó los tratados que facilitaron la entrega del canal en 1999. Durante la ceremonia se guardó un minuto de silencio en su memoria y se recordó su papel crucial en el proceso de transferencia.
Sin embargo, la gran pregunta que se hace todo el mundo, es ¿Donald Trump podría cumplir su amenaza? ¿Los Estados Unidos podrian recuperar el control del Canal de Panamá? Los expertos y la opinión pública internacional se ha tomado las palabras de Trump como una de sus fanfarronadas fuera de la realidad. El presidente electo, que será investido el lunes 20 de enero en el Capitolio, no puede cumplir su advertencia, a menos que se arriesgue a un conflicto internacional de imprevisibles consecuencias.
El Canal de Panamá es propiedad soberana de Panamá desde el 31 de diciembre de 1999, cuando los Estados Unidos transfirieron el control total de acuerdo con los Tratados Torrijos-Carter, firmados en 1977 y ratificados por los dos países, que establecen legalmente la transferencia. Estos tratados firmados por el militar y jefe del estado panameño, Omar Efraín Torrijos (considerado el líder máximo de la Revolución Panameña) y el expresidente norteamericano Jimmy Carter (premio Nobel de la Paz en el 2002) pusieron fin al enclave colonial norteamericano que dividía Panamá y son vinculantes bajo el derecho internacional.
Las amenazas de Trump han sido rechazadas no solo por Panamá, sino también por otros líderes latinoamericanos, incluyendo a los presidentes de Colombia, Gustavo Petro; la presidenta de México, Claudia Sheinbaum y el de Chile, Gabriel Boric Font, que dieron apoyo a José Raúl Mulino y coincidieron en que las palabras del futuro presidente de los EE.UU. son inaceptables y rechazan cualquier intento de cuestionar los acuerdos internacionales existentes. Una acción unilateral de tomar el control del Canal sería una agresión internacional y rompería las relaciones de los Estados Unidos con Latinoamérica y el resto del mundo. Además, el Canal de Panamá es administrado eficientemente por Panamá y es crucial por el comercio global. Cualquier intento de alterar su funcionamiento tendría graves consecuencias económicas internacionales.
La importancia económica del Canal
El Canal de Panamá tiene una importancia crucial para el país latinoamericano. En el 2023, la vía acuática aportó 2.500 millones directamente al estado panameño y el aporte total a la economía nacional, incluyendo efectos directos e indirectos, llegó a los 3.630 millones en el año fiscal. Lo que aporta directamente el Canal al PIB de Panamá está alrededor del 6% y el 8%, pero todo el complejo logístico asociado, como son los puertos, los ferrocarriles y la Zona Libre de Colón (una Zona Franca ubicada en la provincia de Colón, en la entrada del Canal de Panamá por el océano Atlántico) puede llegar a aportar el 30% del PIB.
El canal facilita el comercio entre varias regiones, conectando rutas comerciales que abarcan 180 países y más de 1.920 puertos en todo el mundo. Su existencia ha redefinido las dinámicas del comercio global al ofrecer una alternativa más rápida y económica para la navegación interoceánica. Por el Canal transita aproximadamente el 6% del comercio marítimo mundial y genera numerosos puestos de trabajo directos e indirectos en el sector logístico y actividades relacionadas. Atrae inversión extranjera y posiciona a Panamá como actor clave en el comercio internacional, además de impulsar la infraestructura y los servicios asociados al transporte marítimo. Su aportación es una fuente estable de ingresos para el país, que contribuye a su estabilidad económica.
El precio para atravesar el Canal de Panamá varía según el tipo y la dimensión del barco, así como de otros factores. Un barco menor de 15 metros de eslora puede pagar en torno a los 800 dólares, con una franquicia adicional de 850 dólares, mientras que los buques comerciales, los portacontenedores o los buques de pasajeros, pagan en función del CP/SUAP, que significa Canal de Pamamá/Sistema Universal de Arqueo de Fuselajes, un sistema de medición para calcular el tonelaje de los barcos y que se basa en una fórmula matemática que determina el volumen total del fuselaje. Una tonelada neta CP/SUAP equivale a 2,83 m³ de capacidad volumétrica. Así, por ejemplo, un fuselaje regular menor de 10.000 toneladas paga 3,50 dólares por CP/SUAP.
La oportunidad de los EE.UU.
El Canal de Panamá es una obra de ingeniería colosal que se construyó en diez años, pero que ha acumulado inversiones y ampliaciones adicionales desde su inauguración, acumulando un coste que supera ampliamente los 10.000 millones de dólares. Una cifra que contrasta con las que se dieron en 1903, cuando Panamá y Estados Unidos firmaron el tratado para que el gobierno norteamericano construyera el canal después de que Francia iniciara las obras en 1881, cuando Bogotá otorgó la concesión para la construcción del canal a Fernando de Lesseps, al ingeniero un francés que había construido el Canal del Suez en Egipto. Pero las enfermedades y la alta mortalidad de los trabajadores, muchos de ellos esclavos africanos, la humedad del territorio y las constantes lluvias, llevaron el proyecto a la bancarrota en 1889. Esta construcción que marcó la historia de la humanidad es un hito que, además de mucho dinero, y de suponer uno de los grandes retos en ingeniería y organización de la historia, ha costado miles de vidas humanas. Solo durante la etapa en la cual Francia trabajó para intentar su construcción, sin éxito, se estima que murieron más de 20.000 trabajadores.
Aquí es cuando entra el interés de los Estados Unidos, que supo aprovechar la dificultad del Estado colombiano para tener control de su territorio, después de salir de una guerra civil que acabaría allanando la independencia de Panamá, que en aquella época era una provincia de Colombia. Los Estados Unidos, una potencia emergente que se quedó con el control de Puerto Rico y Cuba, propuso pagar 40 millones de dólares para comprar los derechos y propiedades de la Compañía Francesa del Canal de Panamá y quedarse con la concesión de la construcción del canal.
Pasaron muchos acontecimientos históricos hasta llegar al momento en que se puso fin a casi un siglo de control norteamericano del Canal de Panamá aquel 31 de diciembre de 1999; años de protestas, conflictos y tensiones, incluyendo incidentes violentos como los de enero de 1964, que llevaron a los dos países para resolver la situación. Al mismo tiempo, crecía la conciencia de que el control norteamericano del Canal era visto como un enclave colonial y que Panamá tenía derecho a reclamar lo que le pertenecía. Así, después de una década de conversaciones, Panamá consiguió la soberanía del que sin duda es uno de los motivos de más orgullo nacional y que ahora Trump ha puesto en entredicho.
Momento exacto en que el canal pasó a manos panameñas el mediodía del 31 de diciembre de 1999. pic.twitter.com/HQB4O0r2hv
— Panamá Vieja Escuela (@PaViejaEscuela) December 31, 2024
¿Cómo funciona el Canal de Panamá?
El Canal de Panamá funciona como sistema de elevadores de agua que permite en los barcos cruzar el istmo de Panamá, conectando el océano Atlántico con el Océano Pacífico. El canal utiliza tres juegos de esclusas (Gatún, en el lado Atlántico y Pedro Miguel y Miraflores, en el Pacífico). Las esclusas actúan como cámaras con compuertas que se llenan y vacían de agua, elevando o bajando los barcos 26 metros sobre el nivel del mar. El barco entra en la primera cámara de esclusas, se abren las compuertas y el agua entra por gravedad. El nivel de agua se iguala con la siguiente cámara, y el proceso se repite en cada cámara hasta subir el barco al nivel del Lago Gatún. El barco navega a través del Lago Gatún y el Corte Culebra. En el otro extremo, el proceso se invierte para bajar el barco al nivel del mar.
Perspectiva frontal y alzado lateral explicado del Canal de Panamá.
— MΛRC VIDΛL (@marcvidal) April 18, 2024
Este canal, de aproximadamente 80 kilómetros de longitud, utiliza un sistema de esclusas que eleva los barcos a 26 metros sobre el nivel del mar en el Lago Gatún. pic.twitter.com/O9pGNxqguA