El Papa ha hecho callar los rumores sobre su salud, después de leer la homilía del Jueves Santo sin problemas. El papa Francisco ha celebrado la misa crismal con la cual se abre el llamado Triduo Pascual de la Semana Santa y ha pronunciado con buena voz una larga homilía, en la cual ha pedido a los curas librarse tanto de egoísmos como de ambiciones, que perdonen siempre y que lloren por los otros.
En días anteriores, el Pontífice había preferido no leer los discursos preparados, ya que se cansaba por culpa de unos problemas respiratorios. Esto disparó la preocupación por su salud, ya que sufrió una gripe hace unas semanas. "Todavía no puedo", dijo el Papa la semana pasada, cuándo rechazó leer la catequesis preparada para la audiencia general. Pero este jueves sí que ha podido pronunciar la homilía, que ha durado más de veinte minutos.
Además, Francisco también ha visitado la prisión femenina de Roma para celebrar la misa del Jueves Santo y ha lavado los pies de doce reclusas, una tradición con la cual imita a Jesús con sus discípulos en la Última Cena. Las doce mujeres, emocionadas, han subido a una plataforma y el Pontífice ha pasado por delante de ellas para lavar y besar sus pies. Si bien había improvisado una breve homilía centrada en el perdón, en este caso sí que ha renunciado leerla por mor de los problemas respiratorios que todavía arrastra por culpa de la gripe que sufrió. En todo momento se le ha visto en silla de ruedas, por sus conocidos problemas de movilidad.
En la misa de este jueves se conmemora la institución del sacramento de la orden sacerdotal por Jesús durante la Última Cena y está dedicada a la renovación por parte de los sacerdotes de los votos de pobreza, castidad y obediencia, de manera que en la ceremonia participan sobre todo los curas de la diócesis de Roma. También se bendicen los aceites de los catecúmenos, de los enfermos y del crisma, que utilizan durante el año para los bautismos, confirmaciones y unción de los enfermos. El papa Francisco ha bendecido también las tres ánforas de plata con los aceites que serán utilizados en las celebraciones vaticanas.