Los problemas de salud del papa Francisco vuelven a ser noticia. Este domingo, el pontífice ha interrumpido la lectura de su homilía por el Jubileo de las Fuerzas Armadas en la plaza de San Pedro debido a "dificultades en la respiración", según ha explicado él mismo. "Ahora me disculpo y pido al maestro que continúe la lectura por dificultad en la respiración", ha explicado a los presentes poco después de iniciar la lectura de la homilía. Las disculpas del papa han sido recibidas con un gran aplauso de los asistentes, soldados y policías de varios países.
Con 88 años, el papa Francisco hace tiempo que sufre de una salud delicada. Por ejemplo, el pasado miércoles no pudo leer su catequesis en la audiencia general por el mismo motivo y la Santa Sede explicó después que sufría una bronquitis, lo que le ha obligado en los últimos dos días a celebrar las reuniones en su residencia, la Casa Santa Marta.
A pesar de estos problemas respiratorios de esta semana, el papa se ha presentado por la mañana en la plaza, después de las intensas lluvias de la víspera, y ha inaugurado la misa leyendo su introducción y el acto penitencial, sentado en una butaca al lado del altar, ya que la eucaristía era celebrada por el cardenal Robert Francis Prevost. Con sus primeras palabras, ya se ha entrevisto que tenía dificultades con la respiración, además de la voz ronca y algo de tos. Finalmente, el arzobispo Diego Ravelli le ha tomado el relevo.
Un inicio de año difícil
Este 2025 el papa Francisco ha encadenado varios sustos con su salud. A mediados de enero, el pontífice se cayó en su residencia, sufriendo un hematoma en el antebrazo derecho. Aunque las caídas en edad avanzadas pueden ser muy peligrosas, el papa no sufrió ninguna fractura. Los médicos le inmovilizaron el brazo.
Se trata de la segunda caída que sufrió el papa Francisco en poco tiempo. La anterior ocasión fue el pasado 7 de diciembre, cuando sufrió "una contusión al golpearse con la mesilla de noche", según explicó el director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni. En ambos casos, el pontífice continuó con su agenda.
Algunos de los problemas de salud del papa hace tiempo que lo acompañan y le condicionan la vida. Por ejemplo, el pontífice sufre una grave gonalgia en la rodilla derecha que le impide andar, por lo que utiliza una silla de ruedas o en algunas ocasiones se ayuda de un bastón. En su reciente autobiografía, él mismo aborda su estado de salud, reconociendo que "le da bastante miedo el dolor físico". También afirma que a pesar de las operaciones y hospitalizaciones "nunca" ha pensado en dimitir.