El Papa ha pronunciado sin problema el mensaje pascual y ha alertado de los "vientos de la guerra" a Europa. Después de presidir la misa del Domingo de Resurrección en la plaza de San Pedro ante más de 30.000 personas, el papa Francisco se ha asomado al balcón de la logia central de la basílica, ha pronunciado el mensaje pascual y ha impartido la bendición urbi et orbi. El Pontífice ya presidió la Vigilia del Sábado Santo, después del nuevo susto con el viacrucis. Y es que Francisco renunció al tradicional viacrucis del Viernes Santo para cuidar su salud ante el resto de ritos de la Semana Santa.
"No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo", ha advertido al Papa, en referencia a los conflictos en Ucrania y Gaza. En el mensaje, Jorge Mario Bergoglio ha repasado los conflictos y los males en el mundo, afirmando que Dios "abre las puertas de la vida, estas puertas que cerramos continuamente con las guerras que proliferan en el mundo". "La guerra siempre es un absurdo y una derrota. No permitamos que los vientos de la guerra soplen cada vez más fuertes sobre Europa y sobre el Mediterráneo. Que no se ceda a la lógica de las armas y del rearme", ha avisado, antes de añadir que "la paz no se construye nunca con las armas, sino alargando la mano y abriendo el corazón".
Las guerras de Ucrania y Gaza
Francisco ha recordado que "las víctimas de tantos conflictos que están en curso en el mundo, empezando por los de Israel y Palestina, y en Ucrania", además de pedir que "Cristo resucitado abra un camino de paz para las martirizadas poblaciones de estas regiones". Es de esta manera que ha reclamado "respetar los principios del derecho internacional" y "un intercambio general de todos los prisioneros entre Rusia y Ucrania". "¡Todos por todos!", ha dicho. Asimismo, el Pontífice ha reiterado su llamamiento para que "se garantice la posibilidad del acceso de ayudas humanitarias a Gaza, exhortando nuevamente la rápida liberación de los rehenes secuestrados el pasado 7 de octubre y un inmediato alto el fuego en la Franja". "No permitamos que las hostilidades en curso sigan afectando gravemente a la población civil, ya extenuada, y principalmente los niños. Cuánto sufrimiento vemos en sus ojos", ha señalado. "Con su mirada nos preguntan: ¿Por qué? ¿Por qué tanta muerte? ¿Por qué tanta destrucción? La guerra es siempre un absurdo y una derrota", ha concluido.
Por otra parte, Francesc ha revelado que en el cónclave del 2005 hubo "maniobras" entre los cardenales y que lo intentaron utilizar porque no querían escoger a un Papa extranjero, aunque él favoreció el alemán Joseph Ratzinger. Así lo ha explicado en el libro-entrevista El Sucesor, donde relata por primera vez los diez años de convivencia con Benedicto XVI.