ÚLTIMA HORA | Sigue el minuto a minuto del conflicto Rusia - Ucrania
Desde el inicio de la invasión rusa en Ucrania han circulado todo tipo de imágenes y vídeos. A través de las redes sociales se ha difundido un vídeo de una mujer mayor enfrentándose a los soldados rusos y dándoles semillas de girasol para que las flores florecieran "cuando mueras aquí". La CNN también registró imágenes de una abuela en uno de los suburbios de Kyiv enseñando cócteles Molotov e instrucciones que encontró en Google para que los civiles pudieran fabricar más, mientras gritaba "que estos rusos de mierda vengan aquí".
Big respect to this Ukrainian woman who told a Russian soldier: 'Put sunflower seeds in your pocket so they grow when you die.'
— Justice Seeker ���� ~ Keep moving forward (@tizzywoman) March 2, 2022
During #WomensHistoryMonth, let's honor her strength, & that of the Ukrainian people. Their #CupOfJoe fills me with awe.
🌻 https://t.co/BP5sWI8gfS pic.twitter.com/4fmbaTGvYt
Sin embargo, todavía hay más. Las mujeres son ya el 10% del ejército ucraniano, según el portal Christian Science Monitor. De hecho, pueden combatir desde el 2016. Dos años antes, cuando Rusia se anexionó Crimea y los prorrusos empezaron la guerra del Donbás, las mujeres ya tomaron las armas y participaron en los combates. Trabajaron como francotiradoras, médicos de combate y soldados para defender hogares en tiempo de crisis. Ahora bien, tal y como recoge la publicación Slate, en aquel momento, el ejército no 'contrató' oficialmente a las mujeres en estos lugares y, por lo tanto, no se incluyeron nunca en registros militares como desarrolladoras de las tareas que hacían. Sí que fueron incluidas en otros trabajos como, por ejemplo, costureras, cocineras, enfermeras o limpiadoras. Cuando estas mujeres abandonaron el ejército, habían luchado igual que los hombres y tenían las mismas cicatrices, físicas y emocionales. Pero no recibieron ningún tipo de apoyo. Justamente eso, es lo que describe el documental Invisible Battalion (2017), que recoge la historia de seis mujeres que sirvieron militarmente. A lo largo del documental, las mujeres exhiben diferentes niveles de valentía, en las francotiradoras se ve cómo mantienen la calma durante las operaciones militares, otras cómo ahorran para comprar un rifle y otras que muestran físicamente una dureza de acero.
Cambio de paradigma
La guerra del 2014 en el Donbás obligó a dejar atrás los estereotipos y a no discriminar. La diferencia es que ahora sí que hay un camino formal para las mujeres para servir en el ejército. El año 2017, cuando se estrenó el documental, se abrieron 62 sitios de manera oficial para que mujeres pudieran combatir. Es decir, las registraron finalmente como soldados oficiales y les otorgaron protecciones para desarrollar las tareas. De hecho, el pasado 23 de diciembre salía una noticia que detallaba que el Ministerio de Defensa del país había ampliado significativamente el grupo de mujeres ucranianas que tenían que registrarse para un posible servicio militar obligatorio en caso de guerra importante.
De esta manera, tal como resalta la publicación Coffee Ordie, con una regulación actualizada que entró en vigor el 17 de diciembre, las mujeres entre 18 y 60 años que son aptas para el servicio militar y trabajan en una amplia gama de profesiones tienen que registrarse en las fuerzas armadas ucranianas. En caso de guerra, se decía entonces, esta reserva de mujeres podría movilizarse como aparte de la reserva nacional para servir en diferentes especialidades militares. Tal como señala la publicación Christian Science Monitor, las mujeres ya han podido desde hace dos o tres años, estudiar en colegios militares para alcanzar rangos más altos.
El servicio militar es obligatorio para los hombres ucranianos, aunque puedes quedar exento si tienes alguna enfermedad. Para las mujeres, sin embargo, la cosa es diferente. No hay servicio militar obligatorio. Ya a finales de diciembre se constataba que ni en el caso de una invasión rusa, a las mujeres registradas solo se las puede ofrecer entrar en el ejército, pero no obligarlas. Por ahora, tal como ha podido saber ElNacional.cat a través de varios testimonios, se prioriza a las personas que tienen experiencia en el ejército, ya que las listas de grupos de defensa son largas.