La Asamblea Popular Nacional de China ha avalado este jueves la ley de seguridad nacional que Pekín quiere imponer en Hong Kong, ahora los principales líderes comunistas sólo lo tendrán que aprobar para que se haga efectiva, a pesar de las dudas que han expresado opositores y activistas de la antigua colonia británica, según informa la agencia de noticias china a Xinhua.
En concreto, la ley criminaliza la sedición, la traición, el separatismo y la injerencia extranjera y podría derivar, por primera vez, en la apertura de oficinas de agencias de seguridad chinas en Hong Kong. La reforma no requiere el visto bueno del Parlamento hongkonés.
De esta manera, Pekín interviene en el territorio después del año más convulso de su historia reciente, con una oleada de protestas sin precedentes para reclamar más diálogo democrático. Estos últimos días, a raíz de la polémica ley, se han reactivado las movilizaciones.