Diez días después de que el presidente surcoreano Yoon Suk Yeol impones brevemente la ley marcial ante la indignación y la resistencia de los ciudadanos coreanos, el Parlamento lo ha destituido. Aunque la población coreana demostró con grandes manifestaciones y la unión de la oposición a que despreciaba la maniobra de Yoon, que ha llegado a ser tildada de autogolpe de Estado, el presidente no quería abandonar el cargo. Es por eso, que el Parlamento de Corea del Sur ha votado para destituir al presidente, incluyendo miembros de su mismo partido, el Partido del Poder Popular (PPP).
Los 300 diputados de la Asamblea Nacional (Parlamento) ha participado en el proceso, con un resultado de 204 votos a favor de la moción presentada por la oposición para destituir Yoon, 85 en contra, tres abstenciones y ocho papeletas nulas.
Después del recuento, Yoon ha quedado inhabilitado inmediatamente y el primer ministro, Han Duck-soo, asume ahora de manera interina la jefatura de Estado y gobierno- a la espera que el Tribunal Constitucional determine en un plazo máximo de 180 días si el presidente violó o no la Carta Magna.
El camino de Yoon después de la ley marcial: arrepentimiento y desafío
El caos que reinó cuando Yoon declaró brevemente la ley marcial en Corea del Sur, continuó con la gestión de las consecuencias que han hecho tanto él como su partido. En un primer momento, después de hacer marcha atrás con la imposición de la ley marcial, Yoon se dirigió al pueblo surcoreano, pidió disculpas. En un discurso el pasado sábado 7 de diciembre, no solo se disculpó, sino que puso su cargo a disposición de su partido.
Las disculpas no amainaron los ánimos de los ciudadanos y de la oposición a que querían que Yoon se marchara del cargo. Es por eso, que hace aproximadamente una semana ya se presentó una moción de censura que acabó fracasando porque el PPP se negaba a dejar caerse a su presidente. En este contexto, Yoon evolucionó del arrepentimiento para imponer la ley marcial a reivindicarla y aferrarse al cargo. Este último giro de Yoon ha sido demasiado incluso para su partido, el cual no quería perder el control del país. Sin embargo, se han acabado decantando por darle la espalda.
20.000 personas en las calles y los diputados a la Asamblea
Mientras que a la Asamblea surcoreana los diputados votaban la segunda moción de censura contra Yoon en un ambiente tenso, en las calles de Seúl 20.000 se manifestaban contra el presidente. La movilización pretendía presión en el PPP, que hasta el último momento no ha decidido que harían con sus votos. De hecho, se han reunido hasta poco antes de que empezara la sesión parlamentaria.