Los partidos de izquierda y de centro de Francia están luchando por formar un frente unido después de la victoria del partido de Marine Le Pen en la primera vuelta de las elecciones parlamentarias anticipadas del domingo. Unas elecciones y una primera vuelta que han acercado todavía más a la extrema derecha al poder. Agrupación Nacional (RN) y sus aliados acabaron primeros con el 33% de los votos, seguidos por el Nuevo Frente Popular (NFP) con el 28%, mientras que el bloque centrista del presidente Emmanuel Macron quedó tercero con el 22% de los votos.
La mayoría de los 577 escaños de la Asamblea Nacional se decidirán en una segunda vuelta el domingo. Son días de muchos nervios y eso se palpa. Los partidos rivales se dedicaron el lunes a negociaciones frenéticas y planes de votación táctica en un intento de frenar el ascenso del RN. El RN está cerca de convertirse en el partido dominante en el Parlamento, pero el número de escaños que obtendrá es incierto. Si puede dar el difícil salto a la mayoría absoluta de 289 escaños necesarios para formar gobierno, dependerá de los acuerdos políticos que consigan sus rivales en los próximos días.
El primer ministro centrista, Gabriel Attal, que probablemente se verá obligado a dimitir después de la segunda vuelta, ha advertido que la extrema derecha estaba a las "puertas del poder" y ha constatado que RN no tendría que obtener "ni un solo voto" a la segunda vuelta. En el pasado, cuando se enfrentaban a la extrema derecha próxima al poder, los partidos tradicionales de derecha e izquierda llegaron a acuerdos para retirar candidatos de la segunda vuelta y evitar dividir el voto, tal como destaca el The Guardian. Pero la estrategia de votación táctica conocida como "frente republicano" es menos segura que nunca.
Un martes decisivo en Francia
Los líderes de la alianza centrista de Macron y de NFP han indicado que retirarían sus propios candidatos a los distritos donde otro candidato estuviera mejor posicionado para vencer RN, aunque no estaba claro con qué uniformidad se aplicaría eso.
En una declaración escrita, Macron ha hecho un llamamiento a los electores a dar apoyo a candidatos "claramente republicanos y demócratas", cosa que, según sus recientes declaraciones, excluiría a los candidatos de RN y un miembro clave de la alianza de NFP, el partido Francia Insumisa (LFI) de Jean-Luc Mélenchon. La izquierda ha dicho que la posición de Macron y la de los centristas tenía que ser más clara.
Según recoge The Guardian, una fuente habría dicho a Reuters que el presidente había declarado a los ministros en una reunión a puerta cerrada el lunes que negarle al RN una mayoría era la máxima prioridad, y acabó el discurso de campaña con la palabra: "¡Ataquen!". La fuente ha sugerido que eso tenía la intención de confirmar que un pacto de votación táctica se podría aplicar a los candidatos del LFI caso por caso. Todos los candidatos que pasan a la segunda vuelta, tienen hasta el martes por la noche para decidir si se retiran o se presentan a la segunda vuelta.
Unas alianzas complicadas
Pero en una entrevista el lunes, Bruno Le Maire, aliado de Macron y ministro de Finanzas, ha descartado enfáticamente instar a los votantes a escoger a un candidato del LFI. "Para mí, Francia Insumisa es un peligro para la nación, igual que Agrupación Nacional es un peligro para la República", ha dicho en la radio France Inter.
Marine Tondelier, miembro de alto rango de los Verdes en la alianza NFP, declaró a la misma emisora de radio minutos después, que estaba "absolutamente sorprendida" por la postura de Le Maire, calificándola de "cobarde y privilegiada". Éric Coquerel, del LFI, acusó a los centristas de hacerle el juego a Le Pen, diciendo que "todos los que siguen a la antigua mayoría poniendo una línea de igualdad entre el LFI y el RN afirman que, para ellos, dar a RN una mayoría no es un problema".
Jordan Bardella, el presidente de RN y protegido de Le Pen, ha publicado una carta en que atacaba el LFI y decía que su partido movilizaría a los votantes a la segunda vuelta, centrándose en el poder adquisitivo y en ayudar a la gente a llegar a fin de mes. La mayor parte de la carta se centró en lo que Bardella denomina los peligros de Mélenchon, de LFI. Mélenchon es una personalidad divisiva en Francia, pero otras figuras clave de la izquierda dijeron el lunes por la mañana que no tendría que ser el centro de atención de la ronda final, ya que no es candidato a primer ministro.
Bardella, que será primer ministro si RN obtiene la mayoría absoluta el domingo, ha dicho que la izquierda son "agentes del caos" que representan una "amenaza existencial para la nación francesa". Así, ha puesto de manifiesto que el RN, en cambio, llevará "orden a las calles" y en el erario público, y abordará la crisis del coste de vida, así como las preocupaciones sobre seguridad, salud, educación e inmigración.