La presidenta de la Cámara de Representantes de los Estados Unidos (EE.UU.), Nancy Pelosi, ha viajado a Taiwán contra varias advertencias de dentro y fuera de su país y su visita ha acabado siendo poco productiva y muy tensa. Pelosi se ha reunido con la presidenta de Taiwán, Tsai Ing-wen, y ha proclamado que los Estados Unidos "no abandonarán Taiwán", pero esta proclama lleva letra pequeña: "Todo respetando nuestra política de una sola China (...) Somos partidarios del statu quo, no queremos que pase nada en Taiwán por|para la fuerza", según ha recogido The Guardian.
De manera que la visita de Pelosi que tanto ha enfadado a Pekín le ha servido para ser condecorada con la Orden de las Nubes Propicias por su "apoyo" al territorio taiwanés y para mostrar un apoyo que no va más allá del deseo de continuar con las relaciones estrechas entre sus gobiernos. Por su parte, Tsai ha subrayado el compromiso de Taiwán con "mantener la paz y la seguridad en el Estrecho de Taiwán" y ha declarado que su Administración convertirá la isla en "una fuerza estabilizadora clave" a la hora de "garantizar el desarrollo estable del comercio global y de las cadenas de suministro".
Sin embargo, la presencia de Pelosi ha estropeado las relaciones con China. Desde hace meses que los constantes reproches de los Estados Unidos y la China sobre Taiwán han ido tensando su relación. Ahora, por primera vez desde 1997 un presidente de la Cámara americana visita el territorio taiwanés, haciendo que la situación todavía se complique más entre las dos potencias. La visita de Pelosi no cambia el reconocimiento "de una sola China" de los EE.UU., pero ha provocado una escalada militar de Pekín en la zona.
La China indignada con el viaje
El Ministerio chino de Exteriores convocó anoche al embajador de los Estados Unidos al país asiático, Nicholas Burns, para protestar por la visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes. Xie Feng, viceministro, ha recibido Burns y le ha remarcado que la visita constituye una seria violación del principio de una sola China", aunque Pelosi ha remarcado que no es así en su discurso. Sin embargo, se trata de un discurso de la mano de la presidenta taiwanesa, hecho que hace escéptico en Pekín.
"Las consecuencias son extremadamente serias. China no se quedará cruzada de brazos", ha sostenido al viceministro, que ha subrayado que los EE.UU. tienen que rendir cuentas para "decir una cosa y hacer otra" respeto al principio de "una sola China". Xie ha pedido en Washington a dejar de usar Taiwán para "contener China" e interferir en los asuntos internos de Pekín.