Las investigaciones del Committe to Protect Journalists ha constatado este enero que 167 periodistas y trabajadores de los medios de comunicación estaban entre las más decenas de miles de muertos en Gaza, Cisjordania, Israel y el Líbano desde que empezó la guerra. Lo que la convierte en el periodo más mortífero para los periodistas, desde que la entidad empezó a recopilar datos en 1992. A pesar de la entrada en vigor del alto el fuego, se hace difícil tener información de primera mano de lo que pasa en Gaza. Se han visto edificios y ciudades enteras convertidas en escombros, coches en perfecto estado, bombardeos, víctimas, heridos, asesinatos, etc., pero más allá de la noticia superficial y de consumo rápido, ¿qué hay? "El papel del periodismo en los conflictos es lo mismo que tiene en general, observar y trasladar lo que ve a la audiencia o al lector. Nosotros no somos activistas, somos observadores, es cierto que ves el sufrimiento de unos que atacan a los otros, en algunos casos hay un claro invasor, víctimas claras, un ataque terrorista de Hamás el 7 de octubre que ha generado un ataque que ha violado una cantidad enorme de derechos humanos y Netanyahu y los dirigentes de Hamás han tenido órdenes de detención del Tribunal Penal Internacional por crímenes de guerra. No nos tenemos que decantar por ninguna de las partes, a pesar de tener una tendencia a estar a favor de las víctimas. A todas las guerras hay población civil que es víctima", constata la periodista de internacional y directora de Documentos TV, Pilar Requena.

"El problema de la guerra en Gaza es que no ha habido acceso libre al lugar atacado. La información que recibimos está controlada por partes del conflicto. Por parte de Israel, no ha dejado entrar periodistas con tropas israelíes, solo se ha podido hacer un par a veces y todo muy controlado, no te puedes mover con libertad". Y añade: "La guerra de Gaza siempre ha sido muy complicada. Las dos partes hacen su propia propaganda e intentan vender sus ideas y puntos de vista. No hay una libertad completa si para entrar en Gaza dependes siempre de los israelíes". En este sentido, señala que habrá que esperar si ahora dejarán entrar, si estará libre o controlado. "En la liberación de los secuestrados o de los mismos presos palestinos, no hay acceso sobre el terreno, están controlados por una política de propaganda muy fuerte. No poder ir nosotros y comprobarlo, hace más complicado nuestro trabajo".

supernova efe
Lugar donde se llevó a cabo el festival Supernova / Efe

"El papel del periodismo en conflicto es uno de los pilares, pero lamentablemente, creo que se ha perdido. Primero con la precarización, pérdida de trabajo y el hecho de que cada vez es más difícil la seguridad sin cobertura en condiciones por las mismas cabeceras, trabajando por crónicas muy mal pagadas", detalla Esma Kucukalic, periodista e investigadora de la Universidad Europea de València. "Se ha instaurado explicar las cosas desde la redacción, sin pisar el terreno, y eso supone una pérdida para las sociedades. Hemos adquirido rutinas de consumo rápido, titulares que buscan el clickbait más que el análisis lo están demostrando". Y resalta: "Hay desafección, hay que hacer alguna cosa". Una opinión que comparte también la periodista, doctora en comunicación y profesora de periodismo televisivo Lola Bañón. "La guerra en Gaza pasará a la historia, pero se ha prohibido el acceso directo y la narración ha sido cortada por el interior. Los periodistas han sido víctimas del conflicto".

Noticias de consumo rápido y fuerte impacto

La información de la guerra que triunfa es aquella de consumo rápido y análisis superficial. "Hay que preguntarse qué está pasando, el contexto de donde venimos y a donde vamos," destaca Requena durante la conversación con ElNacional.cat. "Todas las noticias son muy parecidas, vamos al espectáculo de la guerra, pero al final se convierte en un espectáculo de gente que huye, asesinatos, víctimas de bombardeos, de cómo se recuperan cadáveres, de cómo puede haber otros ataques. Nos quedamos un poco en el espectáculo de la violencia y resultados que vemos", constata. Datos superficiales que llegan a través de impactos del Tiktok de un minuto. "Falta el análisis por todos lados, falta contexto, falta qué está pasando con los mediadores de los conflictos y cuáles son sus intereses". "Trump dice ahora que la población de Gaza tiene que ser trasladada de forma forzosa, porque no se hará de forma voluntaria, para reconstruir Gaza tranquilamente. Eso es ruido en torno a la guerra. Falta el contexto para que la sociedad pueda entender. Para mí es fundamental cubrir los preconflictos y los postconflictos. Y quizás, incluso, cubriendo el preconflicto, podemos evitar alguno". De esta manera, explica que es bastante probable que la información sobre Gaza, decaiga en algún momento, como ha pasado con el caso de Ucrania.

gaza efe (4)
Milicianos de Hamás / Efe

"Pienso que el modelo en el cual hemos entrado, el digital, que no es sostenible. Rapidez, inmediatez de las redes sociales, pero no tendríamos que adaptarnos a esta forma de comunicar, se tiene que ir más allá del consumo e información que muchas veces es publicitado o noticias rápidas", añade Kucukalic. "Hay una ruptura con la audiencia, alguna cosa no va bien. Perdemos el interés por los conflictos". Preguntada por alguna fórmula para atrapar la atención de la audiencia, constata que quizás habría que ofrecer un periodismo internacional más de soluciones. Presentar los problemas, porque estos se tienen que cubrir, pero plantear una mejor forma de narrar, además de plantear, a través de datos, soluciones.

¿Qué pasa con las imágenes de consumo rápido?

Tal como destaca Requena, con las imágenes de ruinas, víctimas, asesinatos y masacres se consigue la atención y la reacción humana. Un dato clave, ya que muchas veces esta protesta pide que las guerras tengan reglas y, por lo tanto, con las imágenes consigues la parte emotiva y movilización. En este sentido, constata que una vez superado este momento, hay que analizar la situación. Se tiene que hablar con los que tienen el poder, porque al final "son ellos los que tienen la clave para acabar un conflicto. Las víctimas no tienen la clave ni la capacidad. Las víctimas son víctimas y no pueden acabar con un conflicto. Acaban los que tienen armas y poder dejarlas. Es complicado llegar a ellos, y siempre queda en un segundo plano".

"Creo que puede producir un cansancio de la guerra. Primero porque, si duran mucho, es constantemente lo mismo, aunque cambie a la víctima. La misma historia pero con otra persona. Impacto rápido, corto y emotivo. La gente también se pierde porque no entiende lo que está pasando. Tienes una parte de la sociedad que solo consume lo que le llega por Tiktok o un bot. Se ha impuesto que la gente no lee o se cansa de escuchar. Se ha impuesto esta dinámica y desde los medios también contribuimos. Si perpetuamos eso, no seremos más que cadenas de transmisión, por lo tanto, fácilmente manipulables". Así, resalta que hay que informar de la guerra, de las víctimas y de las armas que se utilizan, pero también acompañarla de una información de fondo que ayude a entender el conflicto. Las guerras, insiste, no son todas iguales, las víctimas sí, pero las guerras no. "Los contingentes no son los mismos, físicamente no es el mismo lugar, la historia tampoco. No tiene nada que ver Ucrania con Gaza o el Sudán". "Los actores y factores son fundamentales en una guerra, hay que acceder para entender lo que está pasando".

gaza efe (5)
Gaza / Efe

Bañón también se muestra crítica con "la narración hiperbólica del periodismo de guerra, que muchas veces sirve para glorificar e hinchar egos." Y recuerda el hecho de presentaciones de periodistas con chaleco antibalas desde Jerusalén, en un momento en que se ven bicicletas también de fondo. Asegura que explicar la verdad en una guerra es complicado. "Hay que aportar contexto, explicación, cuidar el lenguaje, no caer en un lado o el otro. Hay cosas muy complicadas de explicar. ¿Cómo retratas una ocupación? Muchas de las cosas que hacen daño de una ocupación son difíciles de transmitir en un material audiovisual o una columna escrita". En este contexto, pone de manifiesto la doble situación del periodismo. "El sistema digital ofrece más posibilidades de expresión, pero los medios tradicionales no tienen presupuesto para enviar gente, y eso se resuelve, a veces, con gente sobre el terreno". Así, recuerda que un periodista de Gaza no puede ir a Israel, y tampoco se sabe qué pasa dentro de Gaza ni qué pasa en la sociedad israelí. "No sabemos cuál es la respuesta interior, su dimensión". Sin embargo, resalta que gracias a que cada vez hay más mujeres cubriendo conflictos se da cobertura a temas sociales y humanos, que van más allá del conflicto. Precisamente por este motivo, las tres se muestran convencidas que el contexto y el análisis tiene que primar por encima del consumo de información rápida para conseguir el trasfondo y la panorámica necesaria para entender la complejidad del mundo donde vivimos.