Desde los primeros días de la invasión rusa en Ucrania, el periodista vasco Pablo González fue detenido en Polonia acusado de espionaje. Desde entonces el contacto con González ha sido extremadamente limitado y se ha pasado más de medio año entre rejas. Recientemente, su esposa, Oihana Goiriena, ha podido visitarlo, según ha informado ella misma a través de un comunicado. "Después de 8 meses de incomunicación he podido visitar a Pau en la prisión de Radom, viaje que he realizado con nuestro abogado Gonzalo Boye," ha expuesto.
"La visita ha durado 2 horas, tiempo extraordinario concedido por las autoridades penitenciarias, y se ha producido a presencia de una oficial de la inteligencia polaca", ha explicado Goiriena. En el tiempo que se han podido ver, Goiriena ha puesto al día a su marido sobre la situación de su familia tanto en España como en Rusia, así como le ha transmitido las muestras de apoyo que ha recibido al periodista a lo largo de estos meses. González se muestra agradecido por todo el apoyo|soporte que ha recibido.
"Después de finalizar la visita, nos hemos reunido con el nuevo equipo de abogados de Pablo que están, en todo momento, coordinados por Gonzalo", ha detallado a la esposa del periodista, que ha añadido: "Finalmente, nos hemos reunido también con el Cónsul de España en Varsovia, a quien hemos informado de la visita, de las novedades generadas a partir de esta y de los cambios en la defensa de Pablo". Goiriena ha explicado que no ha comunicado nada de su visita con anterioridad con el fin de mantenerla en la intimidad y "para no generar situaciones que podían haber llevado a impedirla".
El caso en el tribunal de Estrasburgo
El pasado mes de septiembre, la defensa de González anunció que llevaba su encarcelamiento a Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH). Se denuncia que las condiciones de su encarcelamiento preventivo en Radón, a unos 40 kilómetros de Varsovia, no cumple con las "garantías de justicia mínimas" para respetar sus derechos humanos. Afirma que no tiene ningún tipo de privacidad, le abren todas cartas y tiene dificultades para recibir asistencia médica. El periodista afirmó que se siente "humillado".
Además, González denuncia que las condiciones de su largo encarcelamiento preventivo, que incluye el aislamiento casi total del resto de los encarcelados en una celda en mal estado y la falta de privacidad, tampoco respetan los derechos humanos. Varias entidades como el Consejo de Europa y Reporteros Sin Fronteras han condenado la detención. Además, a petición de Gonzalo Boye, el grupo de Detenciones Arbitrarias de la ONU estudiará el caso del periodista vasco.