La justicia bielorrusa ha condenado a dos años de prisión a dos periodistas por "graves perturbaciones del orden público" por cubrir una protesta antigubernamental del pasado noviembre.
Las jóvenes periodistas Daria Chultsova de 23 años y Katerina Andréeva de 27, fueron detenidas en el piso desde donde grababan las imágenes de una protesta contra el presidente Alexandr Lukaixenko el pasado 15 de noviembre.
Manifestaciones en Bielorrusia
Las protestas del 15 de noviembre en la llamada Plaza de los Cambios de Minsk se desencadenaron a partir de la muerte del artista Román Bondarenko, que fue golpeado por agentes enmascarados de las fuerzas de seguridad hasta morir. Las periodistas condenadas retransmitieron en directo, durante más de cinco horas, las protestas desde un apartamento próximo a los hechos. Las imágenes grabadas iban al canal opositor Belsat, que tiene sede en Polonia, pero está dirigido a la oposición del gobierno bielorruso.
Después de cargar contra los manifestantes, la policía bielorrusa entró en el apartamento donde estaban las periodistas para detenerlas. La fiscal las acusó de provocar la suspensión de 13 rutas del transporte de autobús, tres trayectos de trolebús y tres del tranvía, a causa de su retransmisión, que dicen incitó las protestas. Los daños en la empresa estatal Minsktrans fueron valorados en más de 4.400 dólares. Según Efe, las familias de las reporteras compensaron los perjuicios causados y la empresa pública retiró la demanda civil.
Oleada de represión
Las dos informadoras, que han pasado más de tres meses a la prisión preventiva, han sido reconocidas por organizaciones de derechos humanos como presos políticos.
En el juicio, Andreeva señaló que "fue metida en la prisión" por un caso "fabricado", con el único objetivo de reprimir la libertad de información de los opositores de Lukaixenko. "No pido, exijo que me absuelvan y liberen junto con mis colegas (...) y centenares de presos políticos", dijo.
Durante el juicio el abogado defensor, Sergei Zikratski, argumentó que el día de la transmisión en directo no había internet en Minsk y que los manifestantes no podían ver en directo las imágenes, por lo cual no pudo haber llamadas a acudir a la plaza por parte de las acusadas. Además, ninguno de los testigos citados por la Fiscalía admitió que las acciones de las informadoras los llevaron a la concentración.
Amnistía Internacional (AY) acusó a las autoridades del país eslavo de "intentar acabar con medios y organizaciones de derechos independientes". En un tuit, el observatorio denunciaba la represión por parte del estado hacia los periodistas, ya que, según la Asociación de Periodistas de Bielorrusia (BAJ), el régimen registró casas y oficinas de más de una veintena de defensores de derechos humanos y periodistas tanto en Minsk como en otras ciudades del país.
Según los activistas, el régimen ya ha detenido a unos 400 periodistas desde los seis meses que hace que duran las protestas, y al menos diez de ellos todavía siguen entre rejas.