Irán y sus agentes parecen haber iniciado una persecución en toda Europa de acoso y vigilancia, planes de secuestro y amenazas de muerte contra activistas políticas contra el régimen. En este contexto, el The Guardian ha hablado con 15 activistas iraníes que han sido objeto de actos de represión similares al Reino Unido, Francia, Alemania, España, Suiza y Suecia.

La policía de la moral de Irán deja inconsciente a una chica de 16 años para no llevar el velo
 

En la mayoría de los casos, la policía o las agencias de seguridad occidentales han advertido a las activistas que Irán está detrás de amenazas a sus vidas en represalia por su activismo en suelo europeo. Los ataques incluyen piratería informática, ciberataques y acoso en línea que pueden incluir miles de amenazas de muerte enviadas durante una semana.

El año pasado, a dos activistas de diferentes países les cortaron los neumáticos de sus automóviles, cosa que sospechan fue realizada por agentes iraníes, destaca el mismo periódico. Ahora bien, el país asegura no estar detrás. De hecho, un portavoz del gobierno iraní negó todas las acusaciones.

¿De dónde viene esta persecución?

La muerte bajo custodia el año pasado de Mahsa Amini, después de arrestarla por incumplir la ley obligatoria del hiyab, desencadenó una ola sin precedentes de protestas masivas en todo Irán que amenazaba con derrocar la República Islámica. Las protestas fueron duramente reprimidas. Más de 500 personas murieron en las calles durante las protestas y más de 20.000 fueron detenidas. Más de 100 manifestantes detenidos habrían sido condenados a muerte o acusados de delitos capitales.

Este miércoles se ha sabido que ahora, otra joven ha tenido que ser ingresada después de, supuestamente, recibir una paliza el pasado domingo en el metro de Teherán por parte de este cuerpo parapolicial encargado de hacer cumplir las estrictas normas sobre el uso del hiyab, la policía de la moral. Se trata de Armita Garavand, una chica de 16 años que, según denuncia la ONG Hengaw, recibió una fuerte paliza en el metro de la capital iraní para no llevar el velo.

La organización de derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo, ha sido la ONG que ha destapado este caso. Según la organización, la joven fue víctima el domingo de "un asalto físico" mientras viajaba en el metro de Teherán, simplemente porque no se cubría el pelo. Actualmente, la joven se encuentra ingresada en el hospital, en vigilancia intensiva e inconsciente.