Polémica por la instalación de un puesto de venta de helados y una letrina portátil a 250 metros de la emblemática puerta principal del campo de concentración de Auschwitz, el campo de exterminación nazi mayor durante la Segunda Guerra Mundial.

El puesto está colocado justo en la puerta principal del campo nazi de Auschwitz II-Birkenau, un edificio de ladrillos con una torre de casi 15 metros de altura, que se considera un símbolo no solo del campo, sino también del Holocausto, inscrito desde 1979 a la Lista del Patrimonio Mundial de la UNESCO. "No solo de mal gusto estético, sino también de falta de respeto por un lugar histórico especial", ha declarado el portavoz del museo, Bartosz Bartyzel, delante la prensa.

En este sentido, las autoridades del museo han reconocido que en el lugar donde se encuentran los dos elementos se encuentra "fuera de la zona de protección del Memorial del Holocausto designada por ley", y es de propiedad privada, por lo tanto, ha sugerido a las autoridades locales "resolver este vergonzoso asunto".

¿Qué dicen las autoridades?

Unas autoridades que no han querido tardar a responder. El concejal de la ciudad de Oswiecim, la localidad donde se encuentra el museo, ha expuesto que se necesita un permiso municipal previo para un negocio de este tipo, aunque haya un contrato privado entre el propietario del terreno y el puesto de helados. "Estamos investigando este problema, e informaremos a las autoridades correspondientes y las instaremos a que tomen medidas", ha detallado.

Desde la Fundación que administra el museo de Auschwitz, Dagmar Kopijasz ha subrayado que "hay un centro de atención al turista cerca del museo, donde los visitantes pueden comer, beber e ir en el lavabo". Un hecho que hace inexplicable que "de repente aparezca un puesto de helados que se ve fatal" ante la entrada de Auschwitz. Además, hay que recordar que durante la visita al campo de concentración no está permitido consumir alimentos o alcohol y tampoco puede fumar dentro del recinto.

Más de un millón de personas asesinadas

Auschwitz-Birkenau, el mayor de los centros de exterminio, tiene cuatro cámaras de gas donde se usaba Zyklon B (ácido cianhídrico cristalino) como agente de exterminio. Mientras estuvo en funcionamiento, fue escenario de torturas, trabajos forzados, deshumanización sistemática, ejecuciones y muerte en masa en cámaras de gas. Al menos 1,1 millones de personas, 90% judías, murieron, antes de que el campamento fuera liberado, el 27 de enero de 1945, por tropas soviéticas. Era muy difícil escaparse y afrontar las condiciones de vida del campo. Pero 196 hombres y mujeres consiguieron escaparse, a veces por pocos días y en algunas ocasiones para siempre.

Más de un millón de personas fueron asesinadas durante el nazismo en Auschwitz, y la institución considera un sacrilegio que se haya instalado este puesto justo en la entrada del campo. Auschwitz está ahora abierto al público como Monumento y Museo. Además, es el único campo de exterminación incluido en el Patrimonio Mundial de la UNESCO. Recibe millones de visitantes cada año. En el 2019, antes de la pandemia, casi 2,5 millones de personas de todo el mundo visitaron Auschwitz.

 

Imagen principal: Auschwitz II-Birkenau / Unsplash