Cualquiera que haya viajado a Dublín sabe que tocar los pechos de la famosa estatua de Molly Malone es una de las prácticas más populares entre los turistas, pero el ayuntamiento de la capital irlandesa ha decidido acabar con la tradición. En las próximas semanas, el consistorio colocará vigilantes al lado de la estatua ubicada en la calle Suffolk para evitar que se siga estropeando por un gesto que algunas personas califican de ofensivo. Sobar a la célebre vendedora de marisco dublinesa, inmortalizada por el folclore popular, se ha convertido en los últimos años en un ritual para gran parte de los que pasan cada día, sean hombres, mujeres o, incluso, niños. El frotamiento constante de la estatua ha derivado en un brillo en la parte de las ubres que desentona con el resto de la figura de bronce creada por la escultora Jeanne Rynhart en 1998, cuando ya causó cierta controversia entre los que decían que el vestido era provocativo.

"Hemos recibido quejas sobre miembros de la ciudadanía, principalmente turistas, que tocan la estatua", ha explicado a EFE un portavoz del Ayuntamiento de Dublín. El consistorio tomará medidas con un programa piloto para restaurarla y protegerla durante la primera semana de mayo, lo cual representa una primera victoria para la lucha de Tilly Cripwell. Hace unas semanas, esta artista irlandesa lanzó una campaña a través de redes sociales para denunciar que los turistas han "violentado" durante años y años a Molly Malone con "un comportamiento asqueroso, misógino y pendenciero". "Una de las cosas que quiero plantear durante toda esta campaña es el hecho de cuestionar cosas que se han convertido en tradiciones", dijo Cripwell en declaraciones a The Irish Times.

 

La artista urbana toca a menudo al lado de la estatua de Molly Malone y ya hace más de un año que inició su lucha. De hecho, Cripwell ha celebrado la restauración de la figura por parte de las autoridades, pero el hecho de que los vigilantes solo estarán sobre el terreno unos cuantos días no la ha dejado satisfecha. El ayuntamiento dublinés ha explicado que el objetivo de la "semana piloto" es "educar a aquellos que interactúan con la estatua y pedirles que no la toquen ni suban al pedestal, así como exponer las razones", después de reconocer que el tocamiento de los pechos podría tener su origen en los guías turísticos.

Cripwell ha acusado al consistorio de adoptar un comportamiento sesgado, ya que la solución a corto plazo para la estatua de Molly Malone no encaja con "la manera como se protegen otras estatuas de hombres" en la capital irlandesa. "La idea de esta campaña es que la gente cambie su actitud y su comportamiento, en lugar de tener que rodear la estatua o poner barreras, que es lo que harán los vigilantes", sostiene la artista, que plantea elevar a la vendedora de marisco dublinesa en una plataforma inaccesible. Sin embargo, "el ayuntamiento ha dicho que mover la estatua o elevar el pedestal son opciones costosas".

Las medidas propuestas por las autoridades dublinesas no han satisfecho los deseos de Cripwell, la cual ha asegurado que su campaña todavía no ha acabado. La artista, además, ha desvinculado esta "degradante práctica" de la tradición irlandesa y ha explicado que es una invención moderna: No hay ninguna referencia al folclore irlandés que diga que tocar los pechos traiga buena suerte. No es una tradición, los irlandeses no lo hacen. Algunos creen que porque es provocativa pueden sobarla. Aquellas mujeres del siglo XVII vestían así".