El Tribunal Supremo de Filipinas ha autorizado el entierro del dictador Ferdinand Marcos en el Cementerio de los Héroes de Manila, decisión que ha generado cierta controversia entre los partidarios y detractores del difunto dirigente del país.
La corte ha resuelto favorablemente a la petición que anunció el pasado agosto al presidente del país, el polémico Rodrigo Duterte, tras la paralización del proceso por la demanda de las víctimas del régimen de Marcos.
La resolución ha sido aprobada con nueve votos a favor y cinco en contra tras dos aplazamientos y varios recursos. La decisión estuvo avalada por la Oficina del Procurador General, órgano independiente del Departamento de Justicia, que esgrimió que Marcos fue veterano de la Segunda Guerra Mundial y galardonado con la Medalla al Valor, la más alta distinción de Filipinas.
Además, aseguró que el entierro de Marcos en el Cementerio de los Héroes no desprecia el reconocimiento y la reparación de los abusos cometidos durante el régimen ni es contrario a la Constitución de 1987, argumentos que también ha defendido el actual dirigente filipino, Rodrigo Duterte.
Acusado de la muerte de 100.000 filipinos
Ferdinand Marcos fue escogido como presidente de Filipinas el año 1965 y entre 1972 y 1983 dirigió el país bajo la ley marcial y está acusado de la muerte, tortura y detención ilegal de más de 100.000 ciudadanos.
Según datos de Transparencia Internacional, el exdirigente acumuló un patrimonio ilícito de entre 5.000 y 10.000 millones de dólares, lo que lo convierte en el segundo líder más corrupto, precedido del indonesio Suharto.