Francia sigue acumulando escándalos con los Juegos Olímpicos de París 2024 en el horizonte. Ahora, la polémica está relacionada con la expulsión de más de 12.000 personas sin techo de la región de París. El colectivo Le Revers de la médaille ha publicado un informe que revela que el número de expulsiones, especialmente de migrantes, ha aumentado sustancialmente en la región de París de cara a los Juegos Olímpicos que se celebran este verano. La entidad denuncia que 12.545 personas en situación de precariedad han sido deportadas a Île-de-France entre abril de 2023 y mayo de 2024, en comparación con el mismo periodo entre 2021 y 2022, que fueron desplazadas 9.048 personas, un dato que representa un 38,5% más. Del total, 3.434 eran menores de edad, el doble que el año anterior y tres veces más que entre 2021-2022.

El colectivo, formado por más de 80 asociaciones de ayuda a las personas más vulnerables, denuncian que "bajo la presión de organizar" los Juegos, la región de París "se ha vaciado de una parte de sus habitantes más precarios". En este periodo de tiempo, entre 2023 y 2024 se practicaron 138 desahucios en esta zona —64 de barrios marginales, 34 de tiendas de campaña y 33 de ocupaciones—, en comparación con los 121 del 2021 y el 122 del 2022.

Trasladados a centros de acogida

El informe de Le Revers de la médaille denuncia lo que llama "limpieza social contra las poblaciones más precarias", como lo que ha pasado bajo el puente de Charles de Gaulle, en París, que según ha relatado el coordinador de Medecins du Monde y portavoz del colectivo, Paul Alauzy, "Hasta hace dos meses, desgraciadamente era un lugar de residencia para menores en la calle", y más de un centenar de jóvenes se vieron obligados a marcharse por la policía, según él, que presenció la escena. Las personas que han expulsado de estas zonas, han sido acogidas en centros de acogida regionales temporales, creados en marzo del 2023, durante un periodo máximo de tres semanas, con la promesa de conseguir un alojamiento de larga duración, pero señala que hay envíos a otras regiones sin un consentimiento "libre e informado".

El colectivo también lamenta la "prácticamente inexistencia" de diagnóstico social antes de las expulsiones, un hecho que comporta "una deshumanización y una falta de consideración de las situaciones individuales". Además, rechazan el acoso y los controles "administrativos repetidos" de las trabajadoras sexuales con el objetivo de que salgan del espacio público. "La región Île-de-France se ha vaciado de una parte de la gente que los poderes públicos consideran indeseables", lamenta el colectivo en su informe.

El informe también señala que en otros lugares fuera de la región de París se han producido operaciones similares, en especial, en otras ciudades que acogen acontecimientos importantes y "la llama olímpica atraviesa muchos departamentos". El Observatorio de los desahucios de espacios de vida informales pone dos ejemplos: la expulsión a finales de marzo en Burdeos de un barrio marginal donde vivían cerca de 500 personas al lado del estadio Matmut Atlantique y el desalojo en Lille a mediados de mayo del barrio marginal Matisse, habitado por 60 personas.