En Irán la policía de la moral ha endurecido su tarea durante los últimos meses para controlar que todas las mujeres lleven el velo. Después del asesinato de Masha Amini ahora hace un año, una revolución social encendió las calles de Teherán, la capital, y decenas de ciudades de todo el país, y parecía que un cambio social y político podría tener lugar. Sin embargo, la policía de la moral, impulsada por el gobierno, ha endurecido su tarea y las sanciones. Ahora, otra joven ha tenido que ser ingresada después de, supuestamente, recibir una paliza el pasado domingo en el metro de Teherán por parte de este cuerpo parapolicial encargado de hacer cumplir las estrictas normas sobre el uso del hiyab, la policía de la moral. Se trata de Armita Garavand, una chica de 16 años que, según denuncia la ONG Hengaw, recibió una fuerte paliza en el metro de la capital iraní por no llevar el velo.
La organización de derechos humanos Hengaw, con sede en Oslo, ha sido la ONG que ha destapado este caso. Según la organización, la joven fue víctima el domingo de "un asalto físico" mientras viajaba en el metro de Teherán, simplemente porque no se cubría el pelo. Actualmente, la joven se encuentra ingresada en el hospital, en vigilancia intensiva e inconsciente. El incidente tuvo lugar el domingo cuando Garavand viajaba acompañada de dos amigas, todas ellas sin velo, como se puede observar en imágenes de vídeo difundidas por medios estatales. En las imágenes de seguridad se ve a las tres jóvenes esperando en la estación de la plaza Shahada, en la capital, antes de entrar en un vagón del metro. Después, se ve como las dos amigas arrastran el cuerpo de la joven, inconsciente, fuera del vagón. No obstante, lo que pasó dentro del vagón sigue siendo un misterio, ya que no se han hecho públicas imágenes de este momento crucial. Aunque no se han difundido imágenes de este momento, la ONG asegura que un grupo de hombres, miembros de la policial de la moral u operarios del metro, apalearon a la joven.
La versión oficial de los responsables del metro contradice las acusaciones de la ONG. El director de Metro de Teherán, Masood Dorosti, declaró a la agencia oficial IRNA que "los rumores de una confrontación con personal del metro no son ciertos y las imágenes de vigilancia refutan estas afirmaciones". Dorosti ha negado rotundamente que se hubiera producido algún "conflicto físico o verbal" entre la joven y el personal. No obstante, la reportera Maryam Lotfi, del diario reformista Shargh, se dirigió al Hospital Fajr donde Armita Garavand está ingresada para informar sobre la situación. Sorprendentemente, Lotfi fue detenida el lunes por las autoridades, según informó el mismo diario. Afortunadamente, fue puesta en libertad horas después de su arresto.
Este incidente trae a la memoria el trágico caso de Mahsa Amini, quien murió hace poco más de un año después de ser detenida por la llamada "policía de la moral" por no llevar correctamente el velo islámico. Las autoridades atribuyeron su muerte a causas naturales, pero eso desencadenó fuertes protestas en todo Irán. Estas manifestaciones exigieron el fin de la República Islámica y solo se extinguieron después de una brutal represión que resultó en la muerte de al menos 500 personas, la detención de más de 22.000 personas y la ejecución pública de siete manifestantes. El primer aniversario de la muerte de Mahsa Amini, el 16 de septiembre, fue conmemorado en medio de una fuerte represión y un despliegue masivo de fuerzas de seguridad. A pesar de eso, solo se produjeron tímidas protestas. En los últimos meses, el Gobierno iraní ha intensificado sus esfuerzos por reimponer el uso del velo. Eso se ha reflejado en la presencia de patrullas en las calles, la denegación de servicios y la aprobación de una ley que endurece los castigos por no cubrir el pelo.