Raphaël Glucksmann, ensayista y político francés, pidió a los Estados Unidos que devuelvan la Estatua de la Libertad, ante las políticas que la Administración de Donald Trump que socavan las libertades y los derechos humanos y, con ellos, el espíritu que encarna esta estatua, que fue un regalo de amistad de Francia a los Estados Unidos. "Devolvednos la Estatua de la Libertad", dijo Glucksmann. "Fue nuestro regalo para vosotros. Pero aparentemente la desprecian. Así que estará bien aquí con nosotros", afirmó el político, decepcionado porque algunos norteamericanos "han escogido cambiarse al lado de los tiranos". Glucksmann, que es miembro del Parlamento Europeo y representa al pequeño partido de izquierda Place Publique, hizo esta petición durante un mitin el pasado domingo, y sus palabras han llegado incluso hasta la Casa Blanca, que ha entrado al trapo y le ha respondido a través de la secretaria de prensa Karoline Leavitt: "Mi consejo para este político francés de bajo nivel, cuyo nombre no diré, sería recordarle que es solo gracias a los Estados Unidos de América que los franceses no están hablando alemán en este momento, así que deberían estar muy agradecidos a nuestro gran país", dijo.

Glucksmann, el nombre del cual la secretaria de prensa de Trump no ha querido nombrar, no es un político desconocido en su país, y su apellido merece un reconocimiento. Raphaël es hijo de André Glucksmann, un filósofo y ensayista francés de origen judío asquenazí, miembro de la Academia Europea de Ciencias y Artes, que en 1968 publicó su primer libro, Le discours de la guerre ('El discurso de la guerra'), participó en los sucesos de mayo de 1968 como militante maoísta y, en los años setenta, militó a favor de los resistentes a la opresión soviética.

Raphaël Glucksmann inició su carrera política con tendencias liberales, pero evolucionó hacia la izquierda con el tiempo. En 2018 fundó el partido Place Publique, descrito como un movimiento "ciudadano, ecologista y solidario". En 2019 encabezó una lista conjunta de Place Publique y el Partido Socialista para las elecciones europeas, donde obtuvo un 6,2% de los votos y seis escaños en el Parlamento Europeo. Sus posiciones políticas se han caracterizado por una fuerte oposición a Rusia, especialmente en el contexto de la guerra de Ucrania, y también por sus críticas hacia China, denunciando lo que él denomina "genocidio de los uigures" (un pueblo milenario de origen túrquico que habita principalmente en la Región Autónoma Uigur de Sinkiang, en el noroeste de China), y también se ha significado por apoyar a Israel, aunque se opone a la expansión de asentamientos en Cisjordania.

Respuesta contundente

La respuesta de Glucksmann a Leavitt es impagable, una auténtica lección de historia y de lo que significaron los Estados Unidos en el pasado y en lo que se han convertido ahora con la llegada de Trump a la Casa Blanca. Lo ha hecho a través de un largo hilo en su perfil de la red, que termina explicando el verdadero significado de este regalo que simboliza la libertad. "Nadie, claro está, vendrá a robar la Estatua de la Libertad. La estatua es vuestra. Pero lo que encarna pertenece a todos", dijo. "I si el mundo libre ya no interesa a su Gobierno, entonces nosotros tomaremos el relevo, aquí en Europa".

Persecución a los valores americanos del pasado

Glucksmann empieza su mensaje explicando lo que habían significado los Estados Unidos para Francia en el pasado. "Nuestros dos pueblos están íntimamente ligados por la Historia, la sangre que derramamos y la pasión por la libertad que compartimos, una pasión simbolizada por esta estatua que Francia ofreció a los Estados Unidos para honrar vuestra gloriosa Revolución", empieza diciendo al político. A continuación, se refiere directamente a Leavitt. "Como dijo la secretaria de prensa de esta vergonzosa Administración: sin vuestra nación, Francia habría 'hablado alemán'. En mi caso, va más allá: sencillamente, yo no estaría aquí si cientos de miles de jóvenes estadounidenses no hubieran desembarcado en nuestras playas de Normandía", reconoce. "Nuestro agradecimiento a estos héroes y sus sacrificios es, por lo tanto, eterno".

Glucksmann destaca que "sin embargo, la América de estos héroes luchaba contra los tiranos, no los adulaba" y recuerda que "era enemiga del fascismo, no amiga de Putin. Ayudó a la resistencia y no atacó a Zelenski. Celebraba la ciencia y no despidió a investigadores por utilizar palabras prohibidas", una posición en el mundo que está "lejos, muy lejos de lo que hace, dice y encarna vuestro presidente actual. Esta América, fiel a las maravillosas palabras inscritas en la Estatua de la Libertad, vuestra América, vale mucho más que la traición de Ucrania y Europa, la xenofobia o el oscurantismo," escribe el político.

El líder de Place Publique sigue afirmando que "todos en Europa amamos a esta nación a la que sabemos que debemos tanto", y se muestra convencido de que "se levantará de nuevo. Contamos con vosotros", y explica en este momento la razón por la cual dijo que los Estados Unidos tendrían que volver a Francia la Estatua de la Libertad. "Y precisamente porque estoy petrificado por la traición de Trump dije ayer en un mitin que podríamos recuperar simbólicamente la Estatua de la Libertad si su gobierno despreciara todo lo que simboliza a vuestros ojos, a los nuestros y a los del mundo.".