El presidente de Polonia, Andrzej Duda, se ha revuelto contra la Unión Europea y ha rechazado la posibilidad de hacer más concesiones para resolver el conflicto con Bruselas y poder desbloquear los fondos de recuperación económica. "Creo que ya se ha demostrado demasiado buena voluntad por el lado polaco", ha afirmado Duda en un fragmento de una entrevista para el semanario Sieci, que el portal Wpolityce ha hecho público.
Polonia todavía está pendiente de recibir 35.000 millones de euros de los fondos de ayuda por la pandemia, que la Comisión Europea mantiene congelados porque considera que no se ha cumplido el proceso de reforma judicial en el país. El pasado junio, la presidenta de la Comisión Europea, Usula Von der Leyen, anunció el desbloqueo de los fondos, pero con tres condiciones que incluían "la liquidación de la Cámara Disciplinaria, la readmisión de jueces destituidos y la reforma del sistema judicial". En caso de que Varsovia cumpliera con las demandas europeas, la primera parte de los fondos llegaría en septiembre, pero a día de hoy todavía no han llegado.
Polonia cierra la puerta a seguir negociando con la UE
Al ser preguntado por esta cuestión, Duda ha afirmado que, hasta donde él sabe, Polonia ha respondido a todas las condiciones y tiene intenciones de hacer la petición formal para recibir los fondos la próxima semana. En este sentido, ha cerrado la puerta a la posibilidad de abrir nuevas negociaciones con Bruselas porque considera que "cualquier intento adicional de contentar la otra parte no dará ningún resultado". El pasado mes de agosto, el gobierno polaco ya amenazó a la UE con dejar de pagar los intereses de la deuda comunitaria y dificultar la toma de decisiones con vetos si no recibía su parte de la ayuda económica.
El dinero que le corresponde en Polonia se divide en 24.000 millones de euros en subvenciones y 11.500 millones en préstamos baratos para reconstruir la economía de forma más "ecológica y digital" después de la pandemia. Son bastante importantes para el gobierno polaco, que está disparando los costes de préstamo en medio de una carrera electoral ajustada para las elecciones de octubre del año que viene.
La reforma judicial en Polonia
El partido del gobierno, Derecho y Justicia (PiS), de carácter ultraconservador y euroescéptico, gobierna en el país desde el 2015. La Comisión Europea le exigió que revirtiera una serie de reformas del sistema judicial hechas en los últimos siete años que ponían en riesgo la independencia judicial y vulneraban el estado de derecho.
Por una parte, en el 2017 se creó la Sala Disciplinaria del Tribunal Supremo, un órgano con competencias para sancionar, destituir o trasladar a voluntad a los jueces. Por otra parte, una ley aprobada en el 2018 obligaba a los magistrados del Supremo a jubilarse a los 65 años, y no a los 70, hecho que hacía que 27 jueces de un total de 72 tuvieran que dejar el cargo. La Sala Disciplinaria posteriormente fue sustituida por un nuevo órgano, la Cámara de Responsabilidad Profesional, con 11 miembros escogidos por el presidente.
Otra norma permitía al ministro de Justicia, que al mismo tiempo es fiscal general, escoger en dedo a los jueces de los tribunales superiores y destituirlos en cualquier momento sin ninguna justificación. Otras reformas también querían hacer prevalecer las leyes polacas por encima del derecho europeo. Con todo, en noviembre del 2021 una sentencia del Tribunal de Justicia de la Unión Europea (TJUE) determinó que no se daban las "garantías necesarias" para evitar las injerencias políticas en los tribunales polacos.