En Polonia se estira el pelo por el caso de los buzos españoles detenidos a Gdansk durante un temporal. Los hechos sucedieron hace dos semanas, pero la prensa eslava no ha dejado desde entonces de especular ni un sol día sobre las verdaderas razones que llevaron a tres españoles a navegar por las proximidades de Gdansk en una noche de tormenta y con el mar picado a bordo de una barca sin licencia. Una conclusión que comparten las autoridades y la opinión pública es que muy seguro los tres españoles no buscaban ámbar, uno preciado mineral y que seguramente buscaban cocaína. Por eso ahora los polacos reclaman a su gobierno respuestas más concretas mientras se ensañan con la Policía que liberó los extranjeros sin realizar consultas ni comprobaciones sobre sus sospechosas actividades, y una buena parte de la opinión pública pone en duda la actuación de las fuerzas de seguridad.
Una práctica habitual en el narcotráfico es que las embarcaciones grandes que transportan la droga desde el país de origen la dejan caer en el mar porque más tarde equipos de buceadores la vayan a buscar sin levantar sospechas, y esto es el que se cree que podrían estar haciendo estos buzos.
Esta historia empezó la madrugada de hace dos domingos cuando, en torno a las dos de la madrugada, un grupo formado por policías, bomberos, paramédicos y rescatistes de BSR Swibno encontraron medio aterrizados a los buzos en el norte de Górki Zachodnie, cerca de la ciudad polaca de Gdansk. Se encontraban aproximadamente a unos cinco kilómetros del litoral de Gdansk, la ciudad mayor portuaria del país, capital de Pomerania igualmente conocidas como Ciutat de l'Ambre. El SOS había partido de los tres hombres en dificultades. Cuando las autoridades de rescate los localizaron, iban a la deriva a bordo de una pequeña y frágil embarcación roja de cuatro metros de eslora con el motor averiado.
La alerta saltó en torno a las dos de la madrugada por un posible error técnico, que parecía que tenía que hacer hundir la embarcación. Cuando después de un buen rato de búsqueda, los servicios de salvamento encontraron la embarcación, la pudieron remolcar hasta el puerto y evacuar a los tres hombres. Según la prensa polaca, de fuentes del puerto de Gdańsk y de la policía estatal, llevaban material de buceo y un aparato muy caro, un dron submarino. Aseguraron que estaban haciendo búsqueda de ámbar, una resina fosilizada que se utiliza para hacer joyas, de alto valor económico.
Sin embargo, esta versión no cuadra a las autoridades polacas. Por el tiempo que hacía que en la zona era complicado encontrar y, al mismo tiempo, aunque habían estado seis horas en el mar, no llevaban ni rastro en la embarcación -que no estaba registrada en ningún sitio-, donde tampoco se encontró material o herramientas para hacer la extracción de esta material. Las sospechas sobre las cuales hacían allí los tres españoles, que no fueron detenidos y quedaron en libertad al cabo de pocas horas, se han disparado cuando se han querido poner en contacto con ellos. Solo uno se acreditó con el pasaporte español. Los otros dos solo dijeron quiénes eran. Los datos que dieron son falsos. Dieron tres números falsos, y no se les ha podido contactar. Se cree, incluso, que ya abandonaron territorio polaco.