Estados Unidos está sufriendo una grave escasez de huevos a causa un brote de gripe aviar que ha diezmado las poblaciones de gallinas ponedoras. El resultado de esta crisis es un aumento de los precios de los huevos, que ha llegado a ser de un 59% el pasado mes de febrero, comparado con el año anterior. Una docena de huevos puede llegar a costar entre 5 y 14 dólares en los supermercados, dependiendo de las clases de huevos, y se han reportado hasta aumentos de un 150% en algunos estados. El Departamento de Agricultura de los EE.UU. (USDA) predice un aumento adicional del 20,3% en los precios para este 2025, y algunos establecimientos han tenido que limitar la cantidad de huevos que los clientes pueden comprar a causa de esta escasez. La administración Trump ha solicitado ayuda a varios países europeos, incluidos Dinamarca, Países Bajos, Suecia y Finlandia, para aliviar esta crisis sin precedentes, pero se ha encontrado con su reticencia, por diferentes motivos.

Una crisis aviar desde hace tres años

La crisis aviar en Estados Unidos se remonta a 2022, cuando el país sufrió un brote masivo de gripe aviar que no ha conseguido controlar. Esta enfermedad altamente contagiosa ha obligado a sacrificar aproximadamente a unos 166 millones de aves, incluyendo gallinas ponedoras de huevos, lo que se ha traducido en una caída significativa de la producción de huevos y ha llevado a una crisis que está afectando tanto a consumidores como a negocios en todo el país. Los precios han aumentado en los supermercados, pero también han tenido un impacto en restaurantes y en la venta de pan, dado que los platos y los productos que contienen huevo también han aumentado exponencialmente. Este aumento de los precios también han provocado el aumento de los robos, como el que se produjo el pasado febrero a Greencastle (Pensilvania) donde se sustrajeron 100.000 huevos, y desde 2023 los huevos también se han convertido en un importante objeto de contrabando desde México, donde la docena de huevos tiene un precio de unos dos dólares, hasta el punto en que, desde octubre de 2024 hasta ahora, los agentes de fronteras han efectuado más operaciones de comiso de huevos de contrabando que de fentanilo.

Trump intenta minimizar la crisis

La crisis se convirtió en una preocupación por los ciudadanos, hasta el punto que Donald Trump se ha referido en varias ocasiones a esta cuestión, asegurando que los precios están bajando, y ha culpado a la anterior administración de Joe Biden del problema. “Dicen una nimiedad, pero no es poca cosa si te gustan los huevos y no tienes mucho dinero. Los huevos han bajado un 25% en las últimas dos semanas. Heredamos este problema. Los huevos”. Durante la rueda de prensa con el primer ministro irlandés, Micheál Martin, el pasado 12 de marzo, también aseguró: “No sé si lo vieron. Cosas pequeñas, como el precio de los huevos —pequeñas para vosotros, pero grandes para la gente—, que ha bajado casi un 30% en los últimos días”. Y posteriormente, en un discurso ante el Departamento de Justicia el 14 de marzo, Trump aseguró que los huevos habían bajado un 35%. Pero, en ningún caso, el presidente norteamericano aclaró si se refería al precio detallista que pagan a los consumidores, o al precio al por mayor, y en el primer caso, sus declaraciones no se corresponden con la realidad, porque el precio de los huevos en los supermercados ha seguido aumentando. Sus palabras han generado controversia y escepticismo.

Plan de emergencia y peticiones de ayuda externa

La administración Trump ha lanzado un plan de emergencia que incluye una inversión de 1.000 millones de dólares para combatir la gripe aviar, la causa principal de la escasez de huevos. Además, Estados Unidos ha recurrido a la importación de huevos desde varios países, incluyendo México y algunos países europeos, para intentar estabilizar los precios y garantizar su suministro. Resulta paradójico que Estados Unidos pida ayuda a Europa en un momento en el que precisamente la administración Trump ha empezado una guerra de aranceles y amenaza constantemente con subir estas tasas, con la excusa de que “la UE es una de las autoridades arancelarias más abusivas del mundo” y el mantra que repite constantemente a través de su plataforma Truth Social de que el mundo entero nos está estafando. Esta presión ha provocado que varios países nórdicos hayan empezado un boicot a los productos made in USA, entre ellos Dinamarca, el país que tiene como territorio autónomo a Groenlandia, la isla ártica que Trump se quiere anexionar, incluso recurriendo a la fuerza militar si fuera necesario. La consecuencia no podía ser otra: la Asociación de Productores de Huevos ya ha respondido que actualmente no tienen un excedente de huevos en Europa, una manera elegante de darlos con la puerta en las narices.

Finlandia también ha rechazado la oferta de exportar huevos a Estados Unidos alegando, por una parte, que no existen reglas acordadas para la exportación de huevos a Estados Unidos y el país no tiene la aprobación nacional necesaria para exportar productos de huevo en el país norteamericano. La Asociación Avícola Finlandesa, por otra parte, ha confirmado que actualmente no es viable hacer exportaciones a causa de la escasez de suministro. Otros países europeos contactados por la administración Trump también han señalado la complejidad de exportar huevos a EE.UU. a causa de los estrictos estándares de importación y las normas de higiene.

En cambio, un país que no forma parte de la UE, como es Turquía, informó en febrero pasado de que empezó a exportar en torno a 15.000 toneladas de huevos a Estados Unidos.