Caminar por cualquier ciudad japonesa comporta muchos estímulos. Desde la cantidad de restaurantes, hasta las tiendas de conveniencia donde puedes encontrar de todo. Y prepararte unos fideos instantáneos allí mismo o un café con hielo y comer galletas de té matcha. Lo que es mucho más difícil de encontrar son papeleras o contenedores. Pero no estamos hablando de ciudades pequeñas o entornos rurales. En la misma capital, Tokio, es una auténtica odisea.

Aunque no haya papeleras, las calles están muy limpias y tampoco se encuentra basura en el suelo. Las reglas de reciclaje son bastante estrictas en el país. Para tirar el plástico o el orgánico o el papel, se tiene que hacer determinados días a la semana y está totalmente prohibido hacerlo fuera de estas normas. Ya ha pasado mucho tiempo, pero no encontrar papeleras o basuras públicas por la calle se debe también a un ataque de gas el 20 de marzo de 1995. Aquel día, durante la hora punta de la mañana, el sistema de metro de Tokio fue víctima de un ataque terrorista.

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El ataque, tal como recoge el portal Gizmodo, fue perpetrado por miembros del grupo Aum Shinrikyo e hirió a más de 5.000 personas. Como el gas sarín no huele y tampoco tiene color, muchos de los afectados no se dieron cuenta hasta manifestarse los primeros síntomas, días y horas más tarde. El ataque tuvo mucha repercusión en la sociedad y tenían miedo de que se volviera a repetir. Para intentar reducir el miedo de la ciudadanía, muchas papeleras y contenedores fueron retirados.

Aunque ya ha pasado mucho tiempo del atentado, la seguridad también se reforzó a las estaciones de metro, según destaca el mismo portal. Y, si bien es cierto que cuestan de encontrar, en algunas estaciones de metro se pueden encontrar algunas papeleras pequeñas, especialmente al lado de las máquinas expendedoras de billetes.

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¿Por qué Japón es un país extremadamente neto?

Sorprende ver las calles extremadamente limpias pero sin casi papeleras. La BBC también se lo ha preguntado. Y la respuesta parece fácil. Los mismos residentes lo mantienen así. Hay rituales de limpieza entre los mismos alumnos de las escuelas o incluso se han hecho virales como los aficionados japoneses han limpiado el estadio después de un partido de su selección. Como pasó en el Mundial del Brasil (2014) y Rusia (2018). Si bien es cierto que hay mucha conciencia social sobre gérmenes y bacterias, también hay tradición del budismo zen, que acostumbra a ir acompañado de un mantra que dice que una buena higiene es sinónimo de buena salud.