El replanteamiento de la estrategia militar por parte de Rusia, que ahora también se ha reflejado en el giro de la narrativa del Kremlin sobre la invasión de Ucrania, ha derivado en una situación de 'punto muerto' en el teatro de operaciones y la apuesta por la guerra de desgaste. A pesar del éxito de la resistencia ucraniana ante los ataques del ejército invasor, esta fase de la guerra significa que los dos bandos se podrían quedar relativamente parados en las posiciones actuales durante mucho tiempo, sin hacer avances, mientras la artillería rusa se va cobrando vidas entre la población civil y convierte las ciudades del país en escombros. Aunque los rusos no han alcanzado objetivos significativos en las últimas jornadas, parece que estarían concentrando los esfuerzos en defender sus posiciones a las afueras de Kyiv, y a prepararse para una guerra larga. ¿Cómo se ha llegado hasta aquí en solo treinta días? Según el Financial Times, no nos tenemos que dejar llevar por los supuestos éxitos de los dos bandos publicitados en las redes sociales: "En Ucrania se están entregando dos guerras en paralelo: la real y la virtual. A veces coinciden, pero, cada vez más, no", advierten.
'Stalemate'
Un mes tras el estallido del conflicto bélico, "ninguna de las partes tiene la sartén por el mango en lo que se está convirtiendo en una guerra estática de desgaste", o, como dicen los anglosajones, el estado de 'stalemate' o punto muerto. Con respecto al ejército invasor, podemos identificar la raíz de los errores que se han ido desencadenando sobre el terreno ucraniano, y es que todo indica que la logística rusa ha fallado muy gravemente, dejando a las tropas sin suministros ni provisiones, y con una moral cada vez más baja, indica el medio citado. En el marco de una movilización tan grande por parte de Rusia, las líneas de suministro son cruciales, y la logística tiene que poder soportar un complejo militar tan vasto y pesado. Por consecuencia, cualquier interferencia puede paralizar las operaciones por completo. "Durante varios días no han hecho avances notables. Cada vez más el Kremlin recurre al uso de la fuerza indiscriminada —misiles, cohetes y artillería disparados desde largas distancias— para nivelar las ciudades ucranianas", señala el diario.
Contraofensivas
Con respecto al ejército ucraniano, si bien el Financial Times no duda de la fortaleza de la resistencia en el país, advierten los lectores que las noticias sobre supuestas contraofensivas y recapturas de las ciudades son difíciles de verificar: "El alcance de las ganancias territoriales ucranianas al oeste de Kyiv es más difícil de evaluar y, en algunos casos, las informaciones del gobierno son contradichas por funcionarios locales". Una de las principales debilidades de los ucranianos en estos momentos es que "se están quedando sin armas y hay que entregar inmediatamente el equipamiento nuevo prometido por los Estados Unidos y otros con el fin de mantener sus posiciones, sobre todo de cara a obligar a los rusos a retirarse," indica su análisis. Sobre el giro narrativo del Kremlin, el medio recomienda prudencia: "No está claro si Rusia retirará realmente sus fuerzas del resto del país para concentrarse en el este o si la declaración del viernes pretendía explicar el fracaso de Rusia".