Alemania se prepara para las elecciones federales al Bundestag —Parlamento—, que se celebrarán el 23 de febrero, después de la ruptura de la coalición de socialdemócratas (SPD), liberales (FDP) y verdes (Die Grünen) que ha dirigido el país desde 2021. Las encuestas pronostican una victoria para Friedrich Merz. Los sondeos también pronostican el crecimiento de los ultras de Alternativa para Alemania (AfD), lo que puede poner a prueba la continuidad del cordón sanitario de los dos grandes partidos contra la extrema derecha. Por ahora, las encuestas pronostican que serán la segunda fuerza. Los socialdemócratas (SPD) se hundirían hasta la tercera posición, con un 16% de los votos. Sus hasta ahora socios de gobierno, los Verdes, obtendrían en torno al 13% de los votos. Los más castigados de la coalición serían los liberales (FDP): las encuestas les dan en torno al 4% de los votos después de ser cuarta fuerza en 2021, con el 11% de los votos. Las tres fuerzas de la coalición semáforo pasarían de sumar el 51% de los votos a duras penas el 32%, lo que elimina cualquier opción de reeditar su alianza. Para quien peor podrían ir las cosas es para la izquierda anticapitalista de Die Linke (5% de los votos, según las encuestas) y la ultraizquierda populista de BSW (en torno al 4% de los votos). Ambas formaciones quedan lejos de cualquier opción de jugar un papel clave en la elección del próximo canciller.

La importancia de los comicios alemanes

La mayor economía de Europa se ha contraído durante dos años consecutivos, afectada por los altos precios de la energía y la dura competencia china, circunstancia a la que los propios alemanes no están acostumbrados. El próximo gobierno tendrá que cambiar la situación y reactivar la industria alemana. Ahora bien, hay importantes retos enfrente. Y es que el otro pilar importante, en estas elecciones —y el que genera controversia— es la política migratoria. En este sentido, una serie de ataques mortales ha aumentado la presión sobre los principales partidos para reformar las normas de inmigración y asilo, y ha hecho aumentar el a Alternativa para Alemania (AfD). Los ataques en Múnich, Mannheim, Solingen, Magdeburg y Aschaffenburg están bien presentes en la sociedad alemana. Y si algo se le da bien a la derecha europea es canalizar el descontento y la preocupación del electorado.

alice weidel congrios AfD - EFE
Alice Weidel, líder del partido AfD / Efe

Aunque ningún otro partido está dispuesto a dejar en el gobierno a Alternativa para Alemania (AfD), si alcanzan —tal como prevén las encuestas— el segundo lugar y atraen el 20% de los votos, podrían duplicar su número de escaños en el Bundestag. Un hecho preocupante y del que todo el Viejo Continente estará pendiente.

¿Qué explica el aumento de la ultraderecha en Alemania?

Con la historia del país, uno se podría preguntar por qué ha crecido tanto la extrema derecha en el país. Pero si algo han sabido hacer los partidos de la extrema derecha en Europa —y los populismos por todo el mundo— es canalizar el descontento del país. Mirado en perspectiva, el crecimiento del partido en las elecciones ha sido constante. En 2013 se quedó por muy poco fuera del Bundestag (4,7%, el umbral para entrar es el 5%), en 2017 consiguió un 12,6% de los votos y se convirtió, después de la formación de una gran coalición entre la CDU y el SPD, en líder de la oposición. En los últimos comicios sufrió una ligera pérdida, con un 10,4% de los votos. A escala regional, la evolución es más desigual. Ahora bien, en los llamados nuevos estados federados, esto es, aquellos estados federados que formaban parte de la desaparecida República Democrática Alemana (RDA), se ha convertido en la opción preferida de los votantes jóvenes y trabajadores.

De hecho, tal como destaca el Salto, un 33% de los votantes de Alternativa para Alemania en las elecciones europeas eran trabajadores, un porcentaje que aumenta en los casos de Turingia (49%), Sajonia (45%) y Brandeburgo (46%). El candidato de Turingia, donde Alternativa para Alemania ha obtenido sus mejores resultados, es Björn Höcke, que lidera la facción más extremista del partido, llamada Der Flügel, y que ha expresado reiteradamente ideas de extrema derecha. Höcke incluso ha utilizado en sus discursos expresiones asociadas al Tercer Reich, tal como destaca el mismo portal. Los alemanes escogerán el próximo 23 de febrero hacia dónde quieren hacer tirar su país. Si bien es cierto que una cosa está clara: Europa debe prepararse para los posibles resultados de las elecciones. El cordón sanitario a la ultraderecha ya no parece funcionar como antes.