Las portadas de este miércoles eran un concurso entre dos noticias del extranjero: las elecciones de medio mandato en los Estados Unidos —se había pronosticado una ola trumpista— y la retirada del ejército de Putin de Jersón, la única capital ucraniana conquistada por Rusia, hacia la orilla oriental del río Dnièper. Todas las opciones están representadas en las primeras páginas de este miércoles. El País, La Vanguardia y La Razón abren con los resultados electorales en EE.UU. y dejan en segundo término la nueva derrota rusa. El Mundo lo hace al revés. ABC y El Periódico sólo hablan de las elecciones y Ara sólo de la guerra. El más curioso es El Punt Avui, que deja en piezas secundarias uno y otro tema y abre con las nuevas restricciones al tráfico en la AP-7.
De entrada, da igual abrir con u otro si consideras que tanto la guerra de Rusia como las elecciones de Trump son dos riesgos para el orden democrático liberal posterior a la Segunda Guerra Mundial —excepto si entran en juego las comarcas de Girona, que tienen prioridad sobre cualquier otra cosa, naturalmente. Para la prensa europea, el continente donde se disputa la guerra de Putin, la retirada rusa de Jersón parece, de entrada, un hecho más importante que las elecciones en EEUU. El problema es que lo han anunciado los mismos rusos, de los que nadie se fía y de quien se piensa que si se marchan de la única capital de región que tenían quiere decir que alguna cosa preparan.
Los diarios que abren con las elecciones escogen este tema también porque reciben aliviados que la ola trumpista no se vea por ningún sitio y que los avances republicanos no tengan el tamaño que se esperaba. Al contrario. No sólo muchos candidatos republicanos promovidos y promocionados por Donald Trump han perdido sus elecciones. A los diarios también se les ve descargados y aliviados porque de las filas del partido republicano ha surgido un nombre que puede enfrentarse a Trump con éxito: Ron de Santis, que ha revalidado como gobernador de Florida. Este es un estado que Trump ganó por un 3% en 2020. DeSantis, sin embargo, se lo ha llevado con un margen abrumador del 19%, incluidos tres bastiones demócratas como el condado de Dade (la comarca de Miami, vaya), Palm Beach y Osceola. En cambio, los candidatos trumpistas de todo el país han generado más rechazo que beneficios para el partido republicano.
De Santis da miedo a Turmp, que ya ha amenazado con echarle encima una carretada de estiércol si se presenta. Encima, los electores de varios estados en disputa han rechazado a los candidatos republicanos a gobernador, fiscal general y secretario de estado que han sembrado dudas sobre las elecciones de 2020, conteniendo así la operación para instalar aliados del expresidente Trump en los cargos que gestionan las elecciones en cada estado. En fin, que Trump no parece ahora tan ganador, guapo y hot a ojos de los mismos republicanos y eso le resta opciones en las primarias.
Pocas portadas han conseguido captar todo este panorama que dejan las midterms. ABC lleva un título competente, centrado en la emergencia de De Santis, que es el protagonista de la foto. El Mundo es más o menos, con un título que añade que Biden se ha salvado de una y buena. El Periódico titula por la situación de Trump, "a medio gas", y también publica la imagen del gobernador de Florida. Los perdedores en el campo de la fotografía de portada son El País, que publica una de Trump con el puño cerrado en un gesto como de poco entusiasmo, y La Vanguardia, que sale con una imagen de John Fetterman, el sorprendente nuevo gobernador de Pensilvania, hombre alto, de coco pelado, barba de capuchino, sudadera y tatuajes. Un aspecto pintoresco o desusado en un alto cargo no lo hace noticia, aunque Fetterman haya protagonizado una bonita historia de superación: en mayo sufrió una isquemia pero supo mantenerse en campaña y vencer a un famoso de la tele como Mehmet Oz, su rival republicano.