Los diarios insisten estos días, hoy también, en llamar a la invasión armada de Ucrania "la guerra de Putin" y no un conflicto entre Rusia y Ucrania, y es inusual ver en los titulares menciones a Rusia o caracterizadas las tropas agresoras como "ejército ruso". También se utiliza como sujeto "Kremlin" y no "Rusia". Es una buena decisión, especialmente después de saber que han sido detenidas 6.000 personas en Rusia por protestar contra la guerra. Làstima La Vanguardia de hoy, que podía haberse ahorrado la mención si en en lugar de aludir al "potencial nuclear de Rusia" hubiera escrito, como El País, "Putin activa su fuerza nuclear..." u otra fórmula. No es ningún drama, claro, pero está muy bien que se apunte con nombre y apellidos al responsable de carne y hueso de esta catástrofe y no a todo un país. La Vanguardia ha sido ejemplar desde el día 1 al describir los hechos en los antetítulos como "la invasión de Ucrania" y no guerra en Ucrania, ni como hace El País, "el conflicto bélico que azota a Ucrania", como si fuera una tempestad tropical o un volcán. Horrible aunque no es nada que no pueda resolverse ya mismo.
Tres títulos son interesantes en las portadas de hoy. Mejoran mucho los que se habían escrito hasta ahora, esas expresiones épicas sin sustancia informativa del estilo "La batalla de Kiev" o "Kiev resiste", etcétera. El Periódico dice que la amenaza nuclear del autócrata ruso responde a que tiene la sensación de que Occidente le aprieta y no sabe cómo salir adelante más que poniéndose a gritar más fuerte. Este es un análisis que resiste el paso del tiempo entre que se escribe y se deja ver en el quiosco. El Mundo también se arranca diciendo en el título principal "Europa despierta...", hecho que presentan como causante de la decisión de Putin "de activar "la amenaza nuclear". Es otra manera de decirlo. No, si cuando quieren, saben. El País da otro enfoque, también perspicaz: el recurso a la fuerza nuclear es para asustar a la delegación ucraniana que debe negociar con los representantes de Putin y cargar a su favor las reuniones. Putin amenaza con el botón nuclear porque le ha entrado una cierta desazón, algún miedo, un poco de inseguridad al ver que su "operación especial técnico-militar" no va tan rápida ni es tan eficiente. Debió creer que el ejército de Ucrania no había aprendido las lecciones de 2014, cuando fue fácilmente arrasado por unidades rusas de simples regulares en Debaltsevo y en Ilovaysk a raíz de la ocupación de Crimea. También ha ignorado que unos 400.000 ucranianos están entrenados para la guerra. Es la gente de entre 25 y 35 años de edad que ha combatido en el Donbás contra la guerilla prorrusa desde 2014. En fin, que estos tres diarios van más allá y otorgan a las versiones impresas algún valor añadido.
En este punto se debe decir que, en general, casi todos los diarios de Barcelona y la mitad de los de Madrid hacen buen trabajo. Han desplazado a bastante gente sobre el terreno: La Vanguardia tiene al menos tres periodistas, El Mundo también, El País cuatro o cinco... Bastante bien. También es adecuada una observación portadológica. No todos los diarios tienen que hacer siempre la misma portada, ni la portada tiene una lectura solo, digamos, moral: si señala o no lo más grave que pasa cada día. La portada también tiene función de escaparate —esto es lo mejor que he hecho hoy para Usted, lector— y de señal —mire aquí, que esto no lo ve nadie. Como siempre, debes tener presente que es muy fácil hacer la portada al día siguiente, a la vista de todos los diarios, los digitales, etcétera, y en eso consiste el Quioscos & Pantallas. El mérito, sin embargo, es hacer la portada en el día. Más cuando sabes que la versión impresa nace muerta cada día. Al menos hoy hay tres diarios que están bien vivos en el quiosco.
El Periódico
El Mundo
El País
La Vanguardia
El Punto Hoy
Ahora
ABC
La Razón