El flamante nuevo presidente de Perú, Pedro Castillo, ha aprovechado su discurso de investidura para dar un toque de atención a Felipe VI, presente en el acto, al asegurar que dejará atrás las rémoras de la colonización y apuntando que las sociedades que vivían en el territorio que hoy día conforma el país convivían en armonía “hasta que llegaron los hombres de Castilla”.

Castillo, maestro rural y campesino de 51 años, reconocible por su ancho sombrero chotano, típico de su región de origen, en el departamento de Cajamarca, ha empezado su mandato con una proclama anticolonial con la que ha trazado las líneas maestras de los cambios que quiere introducir en el país. "Juro por Dios, por mi familia, por mis hermanas y hermanos peruanos, campesinos, pueblos originarios, ronderos, pescadores, docentes, profesionales, niños, jóvenes y mujeres, que ejerceré el cargo de presidente de la República por el periodo 2021-2026. Juro por los pueblos del Perú, por un país sin corrupción y por una nueva constitución", afirmó el nuevo mandatario en su discurso de investidura el miércoles por la tarde.

Romper con el colonialismo

Con el monarca español presente, Castillo no ha tenido ningún reparo en afirmar que una de sus primeras decisiones será cambiar la sede del gobierno, hasta ahora situado en la llamada casa de Pizarro en honor a Francisco Pizarro, conquistador del Perú para España en el siglo XVI, como muestra del nuevo rumbo del país. "No gobernaré desde la casa de Pizarro", ha señalado el nuevo mandatario, porque considera llegada la hora de “romper con los símbolos coloniales para acabar con las ataduras de la dominación que se han mantenido vigentes por tantos años”. Por ello ha anunciado que la casa de Pizarro será cedida al Ministerio de las Culturas “para que sea usado como un museo".

Pedro Castillo durante su discurso de investidura / Efe

“Durante cuatro milenios y medio, nuestros antepasados encontraron maneras de resolver sus problemas y de convivir en armonía con la rica naturaleza que la providencia les ofrecía", ha señalado Castillo, que considera que eso se mantuvo "hasta que llegaron los hombres de Castilla, que con la ayuda de múltiples felipillos y aprovechando un momento de caos y desunión, lograron conquistar al Estado que hasta ese momento dominaba gran parte de los Andes centrales".

El Felipillo histórico fue el intérprete de Pizarro y de Diego de Almagro en sus campañas militares en Perú y Chile, pero no ha pasado desapercibido que el apelativo podía ir dedicado a Felipe VI, como heredero y representante de los conquistadores y colonizadores a causa de los cuales las culturas andinas entraron en recesión.

 

Imagen principal: saludo entre Pedro Castillo y Felip VI en la toma de posesión del primero / Efe